Los ‘hijos de’ son los nuevos rockeros salvajes. Con la excusa de tener el porvenir solucionado se permiten hacer una serie de locuras que al resto de la humanidad ni se nos pasarían por la cabeza, como por ejemplo, destrozar una habitación de hotel. ¡Ni los Rolling en sus giras más locas! Esto es lo que ha hecho el hijo de Tom Hanks, Chester, rapero y con antecedentes en el consumo de drogas. Chet, como se hacer llamar, estuvo alojado en una habitación del hotel Arora, cercano al aeropuerto de Gatwick. El joven llegó a su habitación acompañado por tres chicas después de haber salido de fiesta. En un momento de la noche, y dado que las jóvenes se negaron a mantener con él un encuentro sexual, el hijo de Hanks empezó a ponerse violento. Fue entonces cuando se produjeron todos los desperfectos. Chet arrancó la televisión de la pared y rompió en mil pedazos uno de los espejos. En total 1.800 euros en daños, que, siendo hijo de quien es, no deberían de ser demasiado para él, pero de los que aún no ha abonado ni un céntimo.
La policía necesita esclarecer qué ocurrió exactamente en la habitación y por eso lo están buscando para interrogarlo. Los primeros en denunciar lo que había ocurrido y el estado desastroso de la habitación fueron los trabajadores del propio hotel nada más descubrir el estado de la habitación.
Pobre Tom, con lo apañadito que siempre ha sido y que jamás ha dado un escándalo y ahora tiene que aguantar las salidas de tono de su hijo. Pensemos que es cosa de la edad, que sólo tiene 24 años y puede que aún le queden otro par para terminar de madurar.