El rey Juan Carlos, aficionado taurino, asistió el pasado miércoles a una corrida de la Feria de San Isidro de Madrid donde vio torear a Andrés Roca Rey, Alberto López Simón y El Cid. El padre del rey Felipe fue fotografiado antes de entrar a la plaza de toros de Las Ventas y en las imágenes se apreciaba un detalle que no pasó desapercibido.
En su mejilla derecha el rey emérito llevaba un pequeño apósito, pero se desconoce cuál es el motivo por el que recurrió a él. El detalle llama la atención dado que ya hace más de dos meses don Juan Carlos tuvo que pasar por quirófano para que le extirparan un carcinoma basocelular que tenía en la cara.
El pasado mes de marzo el rey emérito acudió a la presentación del cartel de la Feria de San Isidro en compañía de su hija, la infanta Elena, y sus nietos, Froilán y Victoria Federica. En aquel momento don Juan Carlos ya sorprendió al presentar el ojo morado y visiblemente inflamado desde el lacrimal y por toda la parte inferior del párpado. Al lado, lucía un apósito.
Aunque inicialmente se llegó a pensar que el rey emérito habría podido sufrir alguna caída, pronto se supo que no era esa la causa. Según revelaron fuentes de Casa Real, el hematoma y la herida fueron consecuencia de una intervención a la que se había sometido unos días atrás, en la que su médico de cabecera le había extirpado un carcinoma basocelular en la mejilla.