Aunque los primeros episodios del reality de Rosa López no han dejado tantos titulares como nos hubiese gustado, hubo una confesión nunca antes dicha. Pero no vino por parte de su protagonista, sino por una de las invitadas a ‘Soy Rosa’, Geno Machado.
La canaria, que fue la primera concursante en ser expulsada de la Academia y que posteriormente formó Fórmula Abierta con Javián, Álex y Mireia, no supo gestionar la ‘empresa’ en la que ella misma se había convertido a su salida de OT y acabó embargada por las deudas y arruinada. Afortunadamente, la suya es una historia con final feliz, no solo volvió a OT, como concursante de la última edición, sino que descubrió la pasión que existía en ella de enseñar aquello que mejor se le da hacer: cantar, por eso fundó una escuela que, de momento, la ha convertido en una orgullosísima emprendedora.
Geno y Rosa comentaron en una de las secuencias del reality lo confuso que había sido para ellos pasar de ser personas a ser ‘empresas’. El concurso gestionó estos nuevos perfiles y, una vez acabó el talent, dejó la responsabilidad en manos de los inexpertos cantantes. No es de extrañar que alguno no supiera gestionar bien las ganancias y los contratos y acabasen ahogados por los problemas económicos.