El recibimiento de Conchita Wurst a su llegada a Viena tras haber arrasado en el festival de Eurovisión, ha estado completamente a la altura de la diva barbuda.

Convertida en la última sensación no sólo musical, sino también social, esta drag queen se reunía con la prensa austriaca para comentar cómo ha sido su paso por el festival. “Fue una victoria no sólo para mí, sino también para la gente que cree en un futuro sin discriminación y basado en el respeto y la tolerancia” decía en su discurso la cantante, que siempre ha instado a todo el mundo a quererse tal y como es, difundiendo una idea de amor al prójimo, sin importar cual sea su sexo, apariencia u orientación.

Conchita consiguió con la canción ‘Rise like a phoenix’ 290 puntos, quedando muy por encima de países que en un primer momento la criticaron por su condición de drag-queen, y que vieron como la austriaca se alzaba ante ellos no como un fénix, sino como la ganadora del Eurovisión 2014.