Hace un tiempo hice enfadar a Chenoa. Sí, lo reconozco. Tampoco me enorgullezco de ello, que quede claro antes de empezar nada. Estaba yo redactando uno de los varios textos que escribo a lo largo del día cuando se me ocurrió hacer un listado de posibles candidatos a ocupar su corazón solitario. ¡No me digan que no es algo bien bonito! Preocuparse por la salud sentimental de los famosos y darle solución. Luego, ya, que se encarguen ellos de quedar, conocerse y ver si la cosa cuaja, que tampoco voy a tener que hacerlo todo yo. Pues nada, a Chenoa no le sentó bien lo de ahondar en su imagen de poco afortunada en el amor y así lo hizo saber. "Ten cuidado con Confuso, que a veces se le va la mano", le dijeron a la encargada de controlarme. Y sí, a veces se me va, pero, no lo hago con maldad. ¡Derrocho más amor que Fresita, Aless Gibaja y Ana Obregón juntos! Ay, qué subidón de azúcar...
Con el tiempo, he llegado a la conclusión que la culpa tampoco fue del todo mía -¡qué fácil es quitarse el marrón de encima!-. ¿Cuánta gente ha bromeado, a lo largo de los años, con el estado sentimental de Chenoa? Posiblemente, toda España. Su imagen llorando en chándal delante de las cámaras tras haber roto con David Bisbal forma parte de nuestra historia reciente, como el 'ni que fuera yo Bin Laden' de Belén Esteban o el 'chuminero de Lydia Lozano. ¡Es un icono pop! Pero, claro, la que lo vive en sus carnes no le ve la misma gracia. Chenoa ha estado demasiado tiempo crispada, tratando de controlarlo todo y ofreciendo una imagen muy dura de sí misma para protegerse. Ha querido blindarse ante la opinión pública y eso casi le cuesta la salud. No la amorosa -que también-, la de verdad. Menos mal que se ha dado cuenta a tiempo y ha frenado. ¡Menos mal!
Me he enamorado locamente de la Chenoa de 'El Reencuentro'. De esa Chenoa capaz de reírse de sí misma y mirar al pasado con ternura. De esa Chenoa que ha vencido el miedo a hablar con naturalidad de su relación con David Bisbal y ha zanjado muchos rumores y especulaciones. De esa Chenoa que se equivoca, lo reconoce y vuelve a intentarlo. De esa Chenoa que sufre sin sentirse culpable. Esa Chenoa que siente, se emociona, vibra y da la cara por sus compañeros. Esa Chenoa que sabe que no puede volver a permitirse el lujo de tocar fondo. ¡Esa Chenoa que ha convertido en sudadera su frase 'Ya en chándal no salgo más'! ¡La quiero! A Chenoa y a la sudadera. Un imprescindible para el próximo otoño. Seguro que Kevin Qué Bien ya la tiene, que a nuestro youtuber de cabecera no se le escapa una. ¡Menudo es!
Chenoa ha conseguido salir victoriosa del doblete de 'El Reencuentro' y 'Tu cara me suena'. Es la única, ahora mismo, capaz de compaginar los dos programas más exitosos de la televisión. Ahí es nada. Si en el reencuentro de 'OT' ha sabido sincerarse y mostrar una imagen mucho menos dura, en 'Tu cara me suena' se ha abierto al humor. Tras el fiasco de Marta Sánchez -la peor jurado de la historia- y la media tinta de Shaila Dúrcal, que aguantó mejor el tirón pero se quedó por el camino, Chenoa no lo tenía fácil. Competir con Lolita es imposible -ay, Mónica Naranjo, qué malas decisiones-. Pero ha conseguido hacerse un hueco aprovechando su imagen de mujer fuerte y exigente consigo misma. Le falta algo de rodaje, sí, pero es que sus compañeros de mesa vienen con los deberes muy hechos. ¡Qué ganas de verla lanzándose a las imitaciones!
Ojalá sirva esta entrada para limar aquellas asperezas que tuvimos hace unos años. Asperezas que ella, sin duda, no debe recordar -¡con la de cosas que le pasan cada día!-. Yo, ahora, soy 'chenoista' a muerte, así que cuidadito con lo que dicen de ella. Por Chenoa, MA-TO. Y por Terelu también, ¿eh? Que hay cosas que nunca cambian.