Nada como un bonito collar para dar un toque brillante sobre un sobrio vestido negro.

Y si la joya es un colgante valorado en más de 11 millones de euros, el éxito está asegurado. Y, si no, que se lo pregunten a Charlize Theron, que aterrizó anoche en la alfombra roja de los Oscar con un brillante en forma de lágrima que acaparó, indiscutiblemente, todas las miradas. Un diseño de Harry Winston que aportó el toque final a un discreto diseño de Dior en negro con el que la actriz sudafricana consiguió convertirse en una de las mejor consideradas de la velada.