En su discurso de despedida, grabado ayer y emitido por la noche por la televisión, la reina Beatriz de Holanda tuvo palabras muy amables hacia su nuera Máxima. "Máxima es una bendición", djio la todavía reina de Holanda, a pocas horas de dejar de serlo para pasar a convertirse en la princesa Beatriz de Holanda.
Beatriz quiso agradecer el afecto, la lealtad y la sinceridad de los ciudadanos a lo largo de sus 33 años de reinado. También el cariño que le mostraron "en momentos de profundo pesar" (en clara referencia al accidente que sufrió su hijo Friso, que lleva un año en coma en un hospital de Londres) y mostró su gran afecto por el príncipe Claus, su marido, fallecido en 2002.
"La historia ha demostrado que la elección de Claus como marido fue la mejor decisión que he tomado. Tener algo en quien apoyarse es siempre fundamental". El príncipe Claus, alemán, fue mal acogido en un primer momento por los holandeses, sobre todo cuando se descubrió que se había alistado en las Juventudes Hitlerianas. Pero con el paso del tiempo, su discreción y su apoyo a la reina le convirtieron en el personaje más apreciado de la familia real. Un nivel de popularidad que es el ostenta ahora la princesa Máxima, la futura reina Máxima de Holanda.
Sobre su hijo y heredero Guillermo Alejandro, la reina dijo en su última alocución que está muy bien preparado en todos los sentidos para ser rey. "Nuestros jóvenes, con su esfuerzo dedicado a la planificación, el medio ambiente, el desarrollo y la cultura, han demostrado que centran su atención en las cuestiones verdaderamente claves de la sociedad".
La reina, además, se refirió a la compenetración entre Guillermo Alejandro y Máxima: "Ella lo está apoyando en gran manera, con su gran corazón y su sentido puro de las relaciones humanas", destacó.