Mucho antes de que estallara el boom de los chefs y el interés por la cocina, Karlos Arguiñano era el cocinero más mediático de nuestro país ganándose el cariño de todo el público por su naturalidad y peculiar sentido del humor. Al éxito en lo profesional hay que sumar una vida personal plena. Junto a Luisi Ameztoy ha creado una enorme familia en la que sus siete hijos se han convertido en su mayor tesoro.
A sus 73 años, son sus hijos quienes se han puesto al frente del negocio familiar que tantas alegrías ha dado a su progenitor. Amaia, Eneko, Karlos, Martín, Joseba, María y Zigor han heredado, cada uno en su medida, esa pasión por el buen comer y nadie mejor que ellos continuar con su legado.
Eneko y Zigor son los hijos mayores de Arguiñano y parte fundamental del negocio, un restaurante de lujo convertido en hotel situado en Zarautz (Guipúzcoa) con unas vistas impresionantes al mar. El primogénito dirige la sala del restaurante, mientras que el segundo figura como jefe de cocina del local, un cargo que comparte junto a su hermana María, a quien la pareja adoptó en los años 90. Martín también es una pieza fundamental y se encarga de la gestión administrativa del complejo.
Instagram @karlos_arguinano
Por su parte, Amaia está centrada en la Bodega K5 de vino txacoli: "Mi aita (padre) dice que soy la única de la familia que sabe leer y escribir, porque soy la única de los hermanos que hizo una carrera universitaria", reconocía con mucho sentido del humor en una reciente entrevista.
Pero si hay un hijo que ha heredado su carisma ante las cámaras ese es Joseba. Siguiendo los pasos de su tía Eva, el joven, de 37 años, se decantaba por la versión dulce del universo gastronómico. De hecho, es al único al que le ha picado el gusanillo de la televisión y actualmente trabaja en eitb.

Karlos Arguiñano con su hija en los viñedos
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Finalmente, Txarli es el único que ha decidido desligarse del mundo de la gastronomía y centrarse en el universo audiovistual como director de fotografía. Entre sus últimos trabajos cabe destacar producciones de la talla de 'El internado: Las cumbres' o 'La línea invisible'.
Ahora la vista está puesta en sus 12 nietos quienes, aunque son muy jóvenes, seguro seguirán el legado que con tanto trabajo y cariño creó Karlos Arguiñano.