El cantante Alejandro Sanz, que se ha embarcado en una expedición al Ártico con el fin de ayudar a que tomemos conciencia sobre el calentamiento global junto a Greenpeace, no ha hecho el viaje solo con los miembros de la organización y los guías Inuits que acompañan al equipo.

Alejandro Sanz ha viajado hasta allí en compañía de su mujer, Raquel Perera, con quien se casó hace poco más de un año, el mismo día del bautizo de su hijo en común. Alejandro Sanz y su mujer han emprendido juntos este viaje que, para el cantante, es también una forma de defender un legado que quiere dejar a sus hijos, tal como él mismo aseguró el mismo día de su partida: "Quiero que mis hijos puedan pasear por las playas de Cádiz en el futuro. Salvar el Ártico es salvar mucho más. Es la batalla medioambiental más importante del momento, porque está en juego uno de los pocos lugares del planeta donde aún existe un equilibrio medioambiental y porque lo que suceda allí nos afecta a todos".

Así, lo que era en apariencia un viaje solidario es también un romántico camino de dos que luchan por un futuro mejor para todos, lo suyos y todos los demás.