Un día después de recibir al nuevo miembro de la familia Grimaldi, el pequeño Raphaël, hijo de Carlota Casiraghi y Gad Elmaleh, fueron los príncipes Alberto y Charlene los que se rodearon de niños.

Adelantándose la Navidad, recibieron a Papá Noel en el Palacio de Mónaco, cumpliendo con una tradición que se remonta al año 1956, después que la instaurara la desaparecida princesa Grace.

Después de entregar regalos en hospitales del principado, el patio de su residencia se llenó de decenas de niños que, vestidos con el mismo gorro que luce Papá Noel, esperaban sus obsequios, aún desafiando a la nieve que empezaba a caer.

Charlene, que a sus 35 años aún no ha visto cumplido su sueño de convertirse en mamá, se mostró feliz repartiendo ilusión entre los pequeños, vestida con una larga falda escocesa de talle alto y hebillas, blusa negra y una chaqueta torera del mismo color.