Menos horas de luz y temperaturas en descenso: son los principales responsables de los trastornos con mayor prevalencia en otoño. "Así que su prevención y alivio pasa, en buena medida, por contrarrestar ambos", explica Pablo Saz, médico naturista. Por ejemplo, contra la astenia, incluso la depresión, se recomiendan los baños de sol en los párpados. "Eso y el ejercicio cardiovascular moderado, que induce al organismo a producir endorfinas, las hormonas del buen humor, es más efectivo que los fármacos".
Como la astenia, también los catarros son recurrentes en otoño, cuando volvemos a compartir espacios cerrados con los demás y los virus pasan fácilmente de unos individuos a otros. "Primar en la dieta muchas frutas y verduras frescas, ricas en vitamina C, fortalece las defensas contra los resfriados, igual que tomar los hongos que ahora ofrecen los montes (níscalo, seta de cardo...) –explica Pablo Saz–. Además, se puede ingerir cada día en ayunas equinácea o tomillo, ya sea en infusión o en comprimidos. Practicar el entrenamiento al frío también es fundamental".

El estómago y los ojos sufren

Y hablando de descenso térmico: "la gente dice mucho: 'He cogido frío' si se empieza a acatarrar. Lo que no se tiene presente es que también se puede 'coger frío' en la barriga, lo que se traduce en gastroenteritis, pues la vulnerabilidad de esta zona crece; o en los ojos, lo que conlleva un aumento de las conjuntivitis en esta época –asegura el doctor–. Se trata de pequeñas infecciones debidas al hecho de salir poco abrigados, o a una mala adaptación al cambio de temperatura".

  • "Para prevenir la gastroenteritis repetitiva en esta estación, lo mejor es, de nuevo, entrenar la barriga al frío. Para aliviarla cuando ya se sufre, además de seguir una dieta blanda e hidratarse muy bien, es bueno aplicar calor (con una bolsa de agua, una esterilla o una bolsa de semillas caliente) en la parte central de la barriga. Lo ideal es hacerlo antes de dormir, tras cada comida y cuando haya molestias".
  • El golpe de frío en los ojos, por su parte, llega a través del viento, que aumenta en esta época. Hay que protegerlos de él con gafas, para que no se irriten. Además, una buena recomendación para aquellas personas que suelen sufrir conjuntivitis de reacción al frío es dormir con un antifaz: "por la noche, durante el sueño profundo, el párpado se relaja tanto que, aunque parece que el ojo está cerrado, en realidad queda abierta una pequeña rendija, le entra aire y la conjuntiva se reseca. El antifaz mantiene bien cerrado el ojo". Si la conjuntivitis se presenta, el doctor Pablo Saz recomienda ir lavando la zona con infusiones de manzanilla, eufrasia o aciano: "son antisépticas y favorecen la hidratación del ojo". Hazlo cada vez que notes la irritación utilizando una gasa limpia para ello.

Cuidado con el corazón

Cuando bajan las temperaturas, las arterias se contraen y llega menos sangre a todo el organismo, incluido el corazón. Si una de sus zonas se queda sin riego se habla de isquemia (es algo transitorio) o infarto (las células de una parte del corazón mueren). "Algo tan simple como practicar de forma regular ejercicio cardiovascular ayuda a evitarlo, pues fomenta la vasodilatación –explica el doctor Saz–. Pero es importante no forzar, trabajar a una capacidad de reacción cardiorrespiratoria del 60%: si podemos correr 100 metros, correremos 60". Por otro lado, desde la medicina naturista se recomienda igel entrenamiento de aclimatación

Época de alergias

El polen causa estragos en primavera entre los alérgicos; en otoño, le sustituye el hongo alternaria. "A veces, la reacción a él, con más afectación entre los alérgicos al polen, se complica con infección (bronquitis asmática) y entonces es difícil de tratar", afirma el médico naturista. Si se vive en zonas con mucha humedad, hay que intentar alejarse de ella tan a menudo como sea posible y, aunque parezca una contradicción, "ir a la orilla del mar: su brisa llega limpia y nos alivia". Para tratarla, pueden usarse plantas de efecto antihistamínico (infusiones de manzanilla, fumaria, llatén...), o corticoide (como la equinácea). "La sauna y prácticas como el taichí o el yoga, también ayudan".

Más sofocos

"El aumento de la temperatura corporal como mecanismo de adaptación del organismo al frío exterior puede dar lugar a la exacerbación de los sofocos" durante la menopausia, según cuenta el doctor Saz. Para atenuarlos, "hay que apostar por una dieta lo más vegetariana posible. También son efectivos los ayunos intermitentes de dos tipos: o alargar el nocturno (entre la cena y el desayuno) cada día a 11, 12 o incluso 14 horas; o bien, cada semana, hacer un ayuno de entre 24 y 48 horas seguidas".