Con rizos o con el pelo liso pero siempre perfecta

Si tienes la melena rizada

Sequedad y poco brillo. Suelen ser las dos características más habituales de los cabellos rizados. Sus cutículas se abren (y por tanto está debilitado) porque se retuerce para formar el rizo. Así debes cuidarlo:

• No lo laves más de tres veces por semana, perdería demasiados aceites naturales.
• Los champús y acondicionadores que uses deben ser especialmente hidratantes, para que los rizos tengan mayor elasticidad. Desenrédalo siempre con un peine de púas anchas mientras el acondicionador está aplicado. Y, en tu caso, es imprescindible la mascarilla nutritiva semanal.
• Te conviene utilizar siempre, después de aclarar, un aceite o un espray sin aclarado porque contribuirá a que las cutículas no se abran tanto, con lo que la melena estará más suave y brillante.
• No uses nunca (salvo situación de emergencia) el secador, porque deshidrata y encrespa. En caso de tener que utilizarlo, pon el difusor y no olvides emplear un protector térmico.

¿Y si lo tengo liso pero quiero rizarlo? Lo mejor es que emplees el rizador eléctrico, con el que puedes obtener ondas de diferentes tamaños.

Los cuidados que requieren las melenas lisas

El pelo más lacio suele ser poco voluminoso, de raíz grasa y con las puntas muy frágiles. Además, tiene tendencia a encresparse.

• En este caso, el champú debe escogerse en función de la problemática concreta que presenten las raíces: para dar volumen, para pelo graso...
• Además de usar siempre suavizante en las puntas, debes aplicarles aceite o sérum si están secas.
• Una vez lavado, no lo frotes para secarlo. Envuélvelo cinco o diez minutos en la toalla y luego desenrédalo. Empieza por las puntas para que no se rompa y utilizando un peine de madera o con púas de jabalí. De esta forma tu melena no se llenará de electricidad estática.
• Si necesitas darle volumen a tu pelo, ladea la cabeza cuando uses el secador para que las raíces se despeguen del cuero cabelludo.

Lo tengo rizado y me gustaría liso. Tendrás que recurrir a las planchas. Antes, utiliza un champú y un acondicionador con efecto alisador, así como un protector térmico.