Piernas sanas y bonitas

Aunque creas que están más protegidas porque las tapas, las piernas también necesitan cuidados durante el invierno: debes hidratarlas para que la piel no se reseque y se descame; contribuir a una buena circulación; tonificarlas...

Piernas sanas y bonitas

Suelen tener la piel un poco más seca que la del resto del cuerpo, en especial las rodillas, ya que las glándulas sebáceas producen menos grasa en estas zonas, de ahí que se descamen fácilmente. Si quieres que tus piernas estén lisas y suaves, además de combatir el resecamiento y la celulitis, dedícales unos minutos al día para llevar a cabo estos cuidados tan sencillos como eficaces.

Hidratación diaria

Las piernas necesitan hidratación todos los días del año. Elige cremas o lociones que contengan activos suavizantes (aloe vera) y que sean hidratates y humectantes. Si tienes la piel muy seca, opta por un aceite corporal de almendras, argán o rosa mosqueta, ideales para las zonas más ásperas y rugosas, como rodillas y tobillos. Además de hidratarlas, les aportará un atractivo aspecto satinado. Aplícate los productos realizando un masaje ascendente para facilitar la circulación.

Celulitis a raya

Aunque no puede eliminarla al 100%, sí puedes disminuirla considerablemente y devolver a la piel su aspecto firme y liso. El secreto está en la constancia a la hora de aplicar las cremas anticelulíticas. Debes hacerlo al menos una vez al día mientras consideres necesario el tratamiento. Contienen activos (cafeína, té verde, carnitina) que actúan como quemagrasas; así como otros compuestos (aceites esenciales de ciprés y romero, cafeína, ginkgo biloba) que mejoran la circulación y combaten los calambres, el hormigueo y el dolor al caminar. Por último, los activos drenantes que contienen (extractos de algas y hiedra) eliminan líquidos y toxinas retenidos. Si aplicas el anticelulítico con paciencia y mediante un masaje, potenciarás su efecto reafirmante.

Piernas mucho más ligeras

Durante el invierno, pasamos más tiempo sentadas y con las piernas ‘comprimidas’ por medias y leggins ajustados. Por eso, al final de la jornada, la mala circulación acaba por pasar factura. Si quieres sentirlas más ligeras:
Refréscalas unos minutos con agua fría desde los tobillos hacia los muslos. Seca bien y extiende un producto que contenga activos que refuercen los capilares (rusco, castaño de Indias), desinfiltrantes (hiedra, cola de caballo), que activen la circulación (árnica, ginseng, ginkgo) o que sean refrescantes (mentol). Aplícalos con constancia, mejor tras la ducha, y realizando un masaje suave. Los productos con efecto frío también son muy eficaces para reducir la hinchazón y aliviar la pesadez. Asimismo, el ejercicio también mejora la circulación: dedícale una media hora diaria a ir en bicicleta, nadar o dar paseos largos a buen ritmo.

Ejercicios que tonifican

Cuando estás sentada también puedes mantener las piernas activas.
Sube y baja las rodillas con cierta rapidez. Procura tener la espalda bien apoyada en el respaldo de la silla.
Estira una pierna con la punta del pie mirando hacia el techo. Repite con la otra.
Dibuja círculos con el pie derecho, primero hacia un lado y luego hacia el otro. Haz lo mismo después con el pie izquierdo.

Aprovecha la hora de la ducha

Agua tibia: Date una ducha o un baño con agua tibia, evita el agua muy caliente porque reseca más la piel.
Masaje: Utiliza un guante de crin o una esponja vegetal, como las de lufa. Frota suavemente con movimientos circulares, desde los pies y en sentido ascendente. Van muy bien para aplicar un exfoliante.
Gel exfoliante: Aplícate un gel exfoliante una vez por semana. Es un producto granulado que arrastra las células muertas y le devolverá a la piel su brillo natural.

Cómo aplicar bien las cremas

Pantorrillas: Asciende desde el tobillo presionando un poco para ayudar a la circulación de retorno.
Rodillas: Con movimientos circulares, insistiendo sobre el hueso, donde la piel es más grues y está más áspera.
Muslos: Realiza pases largos hasta las ingles y las caderas.

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