La electricidad forma parte de la vida cotidiana; gracias a ella podemos disfrutar de las comodidades que suponen tener un sinfín de pequeños electrodomésticos, ordenadores, equipos de música, radiodespertadores, cargadores del teléfono móvil o camas eléctricas, que nos permiten vivir con un mayor nivel de vida. Pero, la exposición habitual y diaria, a dosis bajas, de los campos eléctricos y magnéticos derivados de disponer de las ventajas que supone el tener acceso y conexión a la red eléctrica, viene siendo motivo de estudio a fin de analizar su incidencia en la salud de las personas.

Cómo nos afecta

De hecho, síntomas como dolor de cabeza, cansancio, fatiga, irritabilidad, astenia, problemas de sueño, merma de la memoria o palpitaciones, pueden estar detrás de una excesiva sensibilidad por parte del organismo ante la exposición diaria a estos campos electromagnéticos.

En especial, los estudios indican la importancia de minimizarlos, y más saludable todavía, eliminarlos en la zona del dormitorio durante la fase del sueño nocturno. En concreto, los resultados de la investigación
desarrollada y publicada en 2006 por el Dr. Darío Acuña, Catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada, y en la línea de otras investigaciones que le preceden, indican cómo el dormir en un ambiente con campos eléctricos y electromagnéticos puede alterar el equilibrio del sistema inmunológico, incrementa el estrés oxidativo, las hormonas del estrés, así como se observa una incidencia en la actividad eléctrica del cerebro.

Qué podemos hacer

Una buena práctica para obtener un descanso más reparador, para evitar problemas de insomnio, mejorar estados de fatiga crónica, y mantener el organismo más saludable, es el dormir en un ambiente controlado de campos eléctricos y magnéticos. Existen equipos que, instalados en el cuadro eléctrico principal de la casa, realizan la función de desconexión automática de la electricidad, cuando detectan que no hay consumo. Se venden en tiendas de distribución de equipamiento eléctrico y lo instala el electricista. Con este sencillo gesto, nos aseguramos de dormir en un ambiente sano y reparador, libre de campos electromagnéticos. También puedes hacerlo de forma manual, cada noche antes de ir a dormir. Chequea en el cuadro eléctrico principal qué interruptor –magnetotérmico– corta el paso de la corriente eléctrica a la zona de los dormitorios y bájalo por la noche. Cuando compruebes sus efectos