Está demostrado que el cuerpo puede soportar el hambre y la sed durante unos días, pero no la falta de sueño. Cuando no se descansa bien, lo normal es estar fatigado al día siguiente. Pero esta no es la única consecuencia. Dormir mal también:

Debilita las defensas. Cuando descansas, tu organismo 'se repara' y el sistema inmunológico se fortalece. La falta de sueño te hace más propensa a infecciones y aumenta el riesgo de diabetes o hipertensión.
Empeora tu ánimo. Según un estudio de The Mental Health Foundation (Gran Bretaña), el insomnio triplica las probabilidades de padecer depresión.
Engordas con más facilidad. Segregas más leptina y grelina, hormonas que disparan el apetito durante el día.

Claves del buen dormir

Según la Sociedad Española del Sueño, la mitad de los españoles tiene problemas para dormir puntualmente y el 30% padece alguna alteración del sueño. Sin embargo, se puede aliviar el problema (y sin fármacos) con hábitos saludables:

Reduce la exposición a aparatos electrónicos antes de ir a dormir. Un reciente estudio de la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos ha demostrado que las personas que tienen tendencia a ver la televisión o revisar correos electrónicos antes de acostarse duermen peor y van más cansados durante el día. Estas prácticas aumentan el estado de alerta y dificultan el sueño. Justo antes de acostarte realiza actividades relajantes, como escuchar música suave.

Disminuye la intensidad de la luz. Otro estudio, de la Escuela de Medicina de Harvard (EE UU), ha demostrado que la luz artificial intensa antes de ir a dormir disminuye la melatonina, la hormona que induce al sueño. Para conseguir el efecto contrario, utiliza luces tenues y poco intensas.

No duermas junto al móvil. Puede acelerarse el ritmo cardiaco y dificultar el descanso. Si el reloj despertador es electrónico, aléjalo de la cabecera.

Sigue un horario. Si te marcas una hora concreta para dormir, tu cuerpo 'te lo acabará pidiendo' de forma automática. En vacaciones, procura no romper demasiado ese horario.

Evita los ruidos. Puedes recurrir, por ejemplo, a ventanas de doble cristal, que reducen hasta un 40% el ruido exterior.

Cenar suave para descansar

Cena dos horas antes de dormir y hazlo a base de platos suaves. Las proteínas del pescado blanco y de las aves se digieren mejor que las de las carnes rojas.
Incluye ingredientes con acción sedante como la lechuga o el plátano. Un vaso de leche caliente con avena tiene propiedades relajantes. Tómalo antes de ir a dormir.

El insomnio y las hormonas

Que a medida que se suman años se duerme peor es una realidad demostrada. Ahora, un estudio de la Universidad de Zúrich (Suiza) determina que eso podría deberse a una hormona que circula por la sangre y que altera el reloj biológico.