El estrés puede transformarse en un auténtico agente 'devorasalud', sobre todo si se convierte en crónico. Afortunadamente se puede actuar desde diferentes frentes en el día a día para ir ganando serenidad y bienestar.

¿Por qué es tan dañino el estrés?

Está demostrado que lleva comer más y peor, a fumar más, a beber más alcohol y a vigilarse menos. Conductas todas ellas que pueden acabar mermando la salud y provocando graves trastornos como hipertensión o un nivel alto de colesterol LDL. En un plano psíquico y emocional el estrés también nos altera, pues se da un sentimiento de pérdida de control del entorno y de falta de tiempo que favorece la irritabilidad.

Medidas útiles para contrarrestarlo

No acostumbrarse a él. Son muchas las personas que aceptan como normal vivir con prisas, haciendo un sinfín de tareas. Pero una cosa es estar ocupado puntualmente y otra vivir en un estado de desbordamiento constante. Acciones aparentemente nimias pueden ayudar mucho. Por ejemplo, en vez de estresarse a primera hora de la mañana, se puede probar a salir un poco antes de casa o, simplemente, asumir que se llegará más tarde sin ponerse nervioso por ello.
El ejercicio físico libera tensiones. Practicarlo varias veces a la semana ayuda a relajarse y proporciona una especie de inmunidad psicológica frente al estrés. No hay que olvidar que con la actividad física el cuerpo libera endorfinas, sustancias conocidas como 'las hormonas del bienestar'. El yoga o el taichí, así como los masajes, pueden proporcionar un extra de relajación y de equilibrio entre el cuerpo y la mente muy beneficioso contra los estados nerviosos alterados y la ansiedad.
Respirar para recuperar la calma. Las respiraciones profundas pueden ayudar en momentos puntuales de máxima tensión. Un ejercicio muy sencillo consiste en centrar toda la atención en cómo el aire entra y sale de los pulmones lentamente. Poco a poco, nos iremos serenando.