Las dos técnicas de depilación definitiva son el láser y la luz pulsada (IPL). La melanina del pelo absorbe los rayos lumínicos que emiten y los convierte en calor que alcanza la raíz del pelo y la destruye. La IPL consigue mejores resultados cuando el vello es claro y la piel oscura. En cambio, el láser funciona mejor con vello negro y grueso. Siempre hay que asesorarse con un experto (mejor médico) para saber qué sistema se adapta más a cada caso particular.

Sus virtudes

Al instante. Desde la primera sesión el vello crece más fino, de color más claro y en menor cantidad. El número de sesiones necesarias depende de cada persona: lo más habitual es entre 5 y 8, separadas entre sí cada vez por más tiempo.

Casi definitiva. Lo es sobre todo en piernas, ingles y axilas. En el rostro suelen ser necesarias sesiones recordatorias cada dos o tres años.

Sin foliculitis. Otros métodos depilatorios como la cera o las máquinas eléctricas suelen favorecer los pelos enquistados, que pueden infectarse. Con los métodos 'lumínicos' se evita el enquistamiento.

Mejor no recurrir a ella si...

Quienes padecen varices, diabetes, tumores o enfermedades degenerativas, así como las embarazadas y las madres lactantes no deberían someterse a ninguna técnica de fotodepilación. Tampoco quienes tomen medicamentos fotosensibilizantes, como los antihistamínicos, pues pueden formarse manchas en la piel.

Si tienes el vello blanco, el método no será eficaz porque carece de melanina para transportar el haz de luz.

Precauciones previas y el paso a paso

Si vas a fotodepilarte, debes evitar exponer la piel al sol durante las dos semanas previas. El haz de luz no distingue si la melanina está en el pelo o en la piel y la bronceada tiene más, por lo que podría quemarse.

Previamente, también hay que depilar el vello con cuchilla porque así la luz llega mejor a su raíz.

En general, la crema anestésica solo se emplea en zonas de especial sensibilidad al dolor, como las inglés. Es mejor que apliques el anestésico unos 40 minutos antes de proceder a la depilación, para que le dé tiempo de hacer efecto. En ocasiones, lo que se utiliza para desensibilizar es un poco de hielo. En la zona a depilar se aplica un gel conductor que aumenta la eficacia del tratamiento y refresca la piel. Si hay algún área en la que el dolor te parece demasiado intenso, comentalo con el especialista, que puede bajar la potencia.

Exige que te faciliten unas gafas oscuras para cubrir tus ojos durante todo el proceso y evitar posibles lesiones oculares. Y, aunque las lleves puestas, cierra los ojos durante los disparos.

Tras la depilación

Date enseguida un masaje con un gel de áloe vera. Evita utilizar productos con alcohol (como el desodorante) durante las 24 horas siguientes.

Para potenciar los resultados, la semana posterior usa a diario un retardador del crecimiento del vello. E hidrata mucho la piel.

No tomes el sol en tres semanas para evitar la aparición de manchas y no salgas de casa sin aplicar fotoprotector SPF50+ aunque esté nublado.

Entre sesiones, no se puede retirar el vello de raíz (evita pinzas, cera...). Sí puedes rasurarlo.

Si te lo haces en casa

Existen aparatos domésticos de fotodepilación pero con menor potencia que los profesionales. Si los utilizas:

Recuerda cubrir lunares y verrugas con un lápiz blanco para que no absorban la luz. Evita disparar sobre eccemas o heridas.

No prescindas de las gafas oscuras y cambia la lámpara cuando veas que disminuye la potencia de emisión de la luz.