Es un de las hortalizas más nutritivas por su alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales. Pertenece a la familia de las crucíferas, como el repollo, la coliflor o el nabo. Además de ser muy apreciada por sus propiedades saludables (anticancerígena, antianémica, por fortalecer los huesos), también lo es en la mesa, donde cada vez es más popular. Comer brócoli y coliflor podría disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, de colon, de próstata y de ovarios.
Sus propiedades
El brécol es una de las más importantes fuentes vegetales de calcio. También contiene interesantes cantidades de potasio, magnesio, hierro, zinc y fósforo. Además, el brócoli tiene elementos azufrados, como los glucosinolatos, indoles o isotiocianatos, que potencian sus efectos preventivos frente a diversos tipos de cáncer. Estos compuestos son los que le confieren su característico olor durante la cocción. Además, aporta un alto contenido en vitamina C, vitaminas del grupo B y ácido fólico, muy importante en la formación de tejidos y la multiplicación celular.
Cómo comerlo
Mejor crudo o cocinado al vapor, antes que hervido, para que no se pierdan en el agua sus vitaminas y para que sepa mejor. Basta con un cocción suave, al vapor, de 3 a 7 minutos. Se estima que tras cinco minutos de ebullición se ha perdido un 20% de ellas. A los 10 minutos, un 40% y a la media hora, un 75%. Además la cocción suave reduce la liberación de sustancias aromáticas azufradas que no resultan agradables. Antes de cocer el brécol conviene lavarlo bien y cortarlo en trozos pequeños del mismo tamaño aproximadamente, con un poquito de tronco incluido, para asegurar una cocción homogénea.Si se sala el agua no habrá que salarlo tras la cocción y se empleará menos sal. En la cocina, se puede emplear como base de una crema de verduras o cocerse ligeramente y saltearse con setas, almendras, nueces, tomates secos, parmesano… Es excelente como relleno de una quiche. Crudo resulta crujiente y nutritivo.