1. Un rostro joven tomando cítricos

La vitamina C es clave para evitar el deterioro de la piel, tal y como se desprende de una reciente investigación de la American Journal Clinical Nutrition. Según el estudio, las propiedades de este nutriente hacen que las personas que lo consumen tengan una dermis mucho más tersa y fresca, ya que previene el daño que puedan realizar los radicales libres y activa la renovación de las células dermatológicas. La fuente más común para obtener vitamina C son los cítricos: el limón, la naranja, el pomelo y la bergamota.

2. Regula y equilibra tu intestino comiendo una manzana al día

¿Recuerdas aquello de 'una manzana al día mantiene al médico en la lejanía'? Pues es muy cierto: se trata de una de las frutas más equilibradas que existen. Y es que, además de todas sus propiedades antioxidantes –que ayudan a retrasar el envejecimiento celular–, también tiene la doble particularidad de actuar como alimento astringente o laxante según cómo sea consumida. Si la pelas, la rallas y la dejas oscurecer, aumenta la cantidad de taninos (sustancias con efectos antidiarreicos y antiinflamatorios). Si la comes cruda y con piel es útil para combatir el estreñimiento, ya que 'su envoltura' contiene una estupenda fibra que estimula el intestino.

3. Menos riesgo de cáncer si incluyes el romero y el brócoli en tu dieta

Se sabe que el romero contiene unas sustancias químicas (quinonas) capaces de neutralizar el efecto de otras que pueden favorecer el desarrollo del cáncer. Además, el International Journal of Cancer ha realizado una investigación que demuestra que el consumo moderado de café y de té también reduce las probabilidades de padecer cáncer de riñón. Por otro lado, comer brócoli y coliflor podría disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, de colon, de próstata y de ovarios. Además, un equipo de científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) asegura que el consumo de aceite de oliva frena el crecimiento de las células cancerosas. La conclusión: toma estos productos al menos un par de veces por semana.

4. Conserva tu vista y nutre tus ojos gracias a la zanahoria

Para mantener la visión en perfecto estado, el Instituto Oftalmológico de Alicante aconseja una dieta rica en frutas y verduras que contengan vitaminas A, C,
E, luteína y riboflavina B2. De entre todas ellas, la vitamina A, que aporta en grandes cantidades la zanahoria, tiene una relación directa con la función visual. La razón es que favorece la salud del nervio óptico y contiene una proteína –la opsina– necesaria para que la retina se adapte a luz. Por eso su carencia puede provocar dificultad para ver bien por la noche, sequedad de la conjuntiva, inflamación de los párpados e incluso ulceraciones en la córnea. Con una al día ya te beneficias de sus propiedades. Y recuerda que cuanto más oscura sea, más betacaroteno contiene.

5. Para unas articulaciones en forma, toma gelatina

Un consumo regular de este producto puede ayudar a prevenir lesiones en las articulaciones. La gelatina que se disuelve o se encuentra en cápsulas es, en realidad, colágeno hidrolizado, que contiene aminoácidos esenciales en una concentración 20 veces mayor que otros alimentos con proteínas. Esas sustancias son básicas para la buena salud de cartílagos, tendones y ligamentos. Además, la gelatina es baja en calorías y no contiene colesterol.

6. Huesos fuertes con sésamo

La osteoporosis se produce por el adelgazamiento o desgaste de los huesos y se ha demostrado que el calcio y el magnesio ayudan a evitarla. Además de lácteos, hay alimentos ricos en estos minerales que debes incluir en tu dieta, como los vegetales de hoja verde, las semillas de sésamo y el pescado azul.

7. Una mente más ágil por obra de los flavonoides del té

Un compuesto químico del grupo de los flavonoides presente en las distintas variedades de té puede ayudar a mantener en perfecto estado la función cognitiva a pesar del paso de los años, según revela una investigación de la Sociedad Americana de Neurociencias. Esta misma sustancia beneficiosa para el cerebro también está presente en las uvas, el coco y las cerezas. Pero las investigaciones también indican que comer una buena cantidad de frutas y verduras podría ser la clave para prevenir la demencia senil. Además, un trabajo de la Escuela de Medicina David Geffen de Los Ángeles (EE. UU.) sugiere que el curry contiene un componente que resultaría de gran ayuda en la prevención del alzheimer.

8. Ni un solo resfriado bebiendo zumos naturales de frutas

La Asociación Española para el Autocuidado de la Salud (ANEFP) recomienda mantener una alimentación rica en frutas y verduras para prevenir y tratar los resfriados invernales. Incluye en el desayuno un zumo de naranja y toma al menos dos piezas más de fruta fresca al día. Además de proporcionarte vitaminas, fibra y antioxidantes, te ayudarán a contrarrestar el aumento de grasas e hidratos que el cuerpo pide en invierno.

9. Hígado sano tomando rábanos

Debido a su contenido en agua, potasio y vitamina C, esta hortaliza de ligero sabor picante ayuda a desintoxicar el hígado. Y es que estos componentes poseen una acción diurética que favorece la eliminación de líquidos del organismo. Aumentando la producción de orina se expulsan –además de líquidos acumulados– las sustancias de desecho disueltas en ella, como ácido úrico y urea. Pero el rábano no solo 'limpia'; ayuda a superar las digestiones difíciles, puesto que sus aceites estimulan los jugos gástricos y la bilis.

10. Alergias primaverales y asma bajo control con pimientos

La vitamina C tiene una fuerte acción antihistamínica. Por eso, si tomas cada día alimentos ricos en esta sustancia te ayudará a reducir los síntomas de la alergia. Además de obtenerla de los cítricos, puedes conseguirla tomando vegetales, y el que contiene mayor proporción de esta sustancia es el pimiento: 100 g de pimiento rojo contienen 200 mg de vitamina C. Esto es más del doble de las necesidades diarias y el triple de la dosis que aportan las naranjas, así que basta con que lo consumas 3 o 4 días a la semana, mejor en crudo. Otros vegetales ricos en vitamina C son la soja fresca, el perejil, las coles crudas, el brécol, el kiwi y el berro. Los pescados azules también son antiinflamatorios, mientras que los alimentos ricos en magnesio (almendras, salvado de trigo y sésamo) ayudan a relajar las paredes musculares y a reducir la intensidad de los ataques de asma, mejorando la respiración.