¡Veinte años de la boda de la infanta Cristina! De ese día de calor impresionante, que hizo que se desmayaran tanto la mujer de Leopoldo Calvo Sotelo como Barbeito, compañero de Urdangarin, recuerdo sobre todo el fastuoso traje de Lorenzo Caprile con hilos de plata, ¡y el peinado! Cristina había llevado a Llongueras una foto de su bisabuela la reina Victoria Eugenia para que se lo copiara. Iba muy maquillada y estaba guapa pero con el rostro algo abotagado, de lo que algún periodista malicioso dedujo que la infanta se había sometido a un tratamiento a base de pinchazos de vitaminas y ácido hialurónico. Y debe decirse que, contra viento y marea, la pareja ha cumplido las promesas que se hicieron aquel día y siguen juntos. Pocos de los que estaban allí pueden decir lo mismo.