Oye, a ver, lo tuyo es increíble, estás inmerso en una gira mundial como hoy no hace ningún otro cantante, de voz sigues fenomenal, tu caché es el más alto, tus fans, las más incondicionales, y llenas auditorios gigantescos.

Sí, pero…

De todo esto no se entera nadie, querido Raphael, y tu un día me explicaste por qué: “Soy demasiado gorditín para ser un sex symbol y eso pasa factura”. No hay derecho, hombre, que alabemos las raquíticas actuaciones de cantantes de chichinabo porque con sus caídas de ojos cada noche perecen varias espectadoras, incluso la que esto firma sin ir más lejos, y tú, que eres tan grande, no merezcas ni una línea. ¡Alto! Ni una línea no, porque para eso te traigo aquí, para rendirte este humilde homenaje… Y si acaso yo ya me voy yendo, que tengo entradas para… ay, quiero decir, dejé la leche en el fuego.