Llena de energía. De fuerza. Rebosando salud, así está María Teresa Campos. ¿A punto de volver a televisión? La periodista ríe y me confiesa, “con ganas, pero sin prisas, porque si te equivocas ahora, que está todo tan difícil… Estamos viendo y estudiando diferentes proyectos, vamos a ir con pies de plomo, la cadena es la primera interesada en que todo salga bien”. De pronto se arranca espontáneamente, ilusionada como la chiquilla que es en el fondo, “Pilar, ¡no sabes lo bien que lo pasamos grabando la semana pasada el programa de Bertín!” y yo la interrumpo con cierta mala leche, lo reconozco, “y lo bien que te va a venir para enseñar tu casa y poder venderla”. Aquí la voz de Teresa se oscurece y me reconviene, “oye, que fue la productora la que se empeñó en venir a grabar aquí, se lo dijeron a mi hija Carmen, ¡me duele que se haya comentado que he sido yo la que he insistido en usar mi casa para que la vieran futuros clientes! Como si fuera a aprovecharme…” Trato de arrancarle la fecha de su regreso con programa propio; “pronto, de verdad… Sin prisas, pero sin pausas”.