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¡Los Rolling, fuera del escenario, no se hablan! ¡Su complicidad solo funciona mientas actúan, puesto que no tienen ninguna relación personal entre ellos! Se supo en su concierto en el Estadio Olímpico de Barcelona. Todo estaba calculado para que, mientras el público bailoteaba y pedía bises, ellos salieran por separado, por puertas distintas y cogieran diferentes coches, ¡ni siquiera se dijeron adiós!