Pilar Eyre

Pilar Eyre

Kiko Matamoros: "He hecho daño a mucha gente"

1 /4
1 / 4
2 / 4
3 / 4
4 / 4

Kiko Matamoros. Es el protagonista del momento. Pero su voz no es la de un triunfador, sino la de un hombre profundamente cansado, pero lúcido.

“¿Si estoy arrepentido de haber dejado Sálvame? En absoluto, he tomado la decisión adecuada, no podía más, estos últimos años me han pesado mucho”. Le pregunto si han sido duros, “mucho, sobre todo al final. El programa ha ido cambiando, ha tomado una deriva que yo creo que va en contra de lo que fue su auténtica esencia… Lo comenté con Jorge Javier fuera de cámaras y me dio la razón, ¡no sé como lo van a enderezar, pero ya no es mi problema!”.

Me extraño de que, si lleva tiempo sintiéndose mal, no se haya decidido hasta ahora, “ya sabes cómo son estas cosas, Pilar, llega un día en que no puedes más, intentas seguir y es imposible”. Le revelo que a muchos nos parece que Kiko Matamoros es el malo que se volvió bueno y me da la razón, “he cambiado, sí, reconozco que he sido cruel e implacable, al principio lo haces porque es lo que se espera de ti, quieres contentar a los que te han contratado y vas subiendo el listón sin darte cuenta, pero a la vez te encuentras incómodo, no estás contento con lo que haces… E intentas rectificar, pero no por imagen, sino para estar en paz con tu conciencia”.

Le pregunto si se arrepiente de algo, “de mucho, he hecho daño a mucha gente, lo sé, y me gustaría pedirles perdón uno a uno, pero…” Se queda callado. Un largo silencio. Inquiero: “¿hay algo que te haya dolido especialmente?” Duda y al fin confiesa, “sí, haber hablado de mi padre, y en esos términos”. Kiko contó en la Caja en el año 2011 que nunca se había sentido querido por su padre y que este había sido muy estricto con él. “Seguramente exageré, pero sobre todo causé daño a mis hermanos desvelando asuntos que solo pertenecen a nuestra intimidad, al ámbito familiar… No tenía que haberlo contado, no sé porque lo hice.” Larga pausa. Prosigue con la voz rota, como si se estuviera haciendo daño a sí mismo, “¡y que mi padre se muriera con esa pena! Me preguntaba, ¿tan mal lo hice? No me lo voy a perdonar, si se pudiera volver atrás, eso sería lo que querría borrar”.

Kiko, que me concede esta entrevista puramente por amistad, está en un sitio público, se oyen ruidos de platos al fondo y voces de niños. Creo que le llaman. Le pregunto si entre sus compañeros de Sálvame le queda algún amigo y me contesta, “seguro que nos resultará más fácil mantener una amistad fuera que dentro” (Me parece curiosa la forma en que dice “dentro”, yo, que he hablado con personas que han estado en prisión, he oído pronunciar ese “dentro” para referirse a la cárcel con este mismo tono). Intento sonsacarle qué va a hacer en el futuro, “tengo varios proyectos en mente, trabajo en televisión desde hace 17 años, pero también he tenido otros oficios…” Enumero sus posibilidades, pues sé que es persona de recursos, “puedes hacer de modelo o relaciones públicas, organizar eventos, veladas de boxeo, agente de artistas, coach, comentarista de deporte, política o televisión…” Escucha, quizás tomando nota, y al final le suelto “¡y un libro!”. Se echa a reír (qué bien ríe Matamoros) y me contesta con cierta chulería, “no creas que no me lo han propuesto”. Así pues, no hay marcha atrás, como dice la gran Chavela Vargas “en el tren de la ausencia me voy/mi boleto no tiene regreso…” Suerte, amigo.

Loading...