La boca seca, la mirada desquiciada, los tics, los gestos desaforados... Todo ese festival mímico mantiene al público pegado al televisor, dividido entre los que decimos pobre Alonso y los que decimos pobre padre.

Sí, pero...

¿Y si todo fuera una enorme impostura? ¿Y si la familia Caparrós, acuciada por sus problemas económicos, no se le hubiera ocurrido otra manera de salir adelante que escenificar esta tragedia shakespeariana en vivo y en directo? Me los imagino escribiendo el argumento, repartiendo los papeles, aprendiéndose sus textos... Convenciendo luego a los productores de 'Sábado Deluxe', ensayando, nerviosos, en casa...
¡Estaríamos ante unas personas a las que la desesperación ha convertido en actores formidables! ¡Yo les sugiero que hagan una película, una mezcla entre 'El desencanto' y 'Alguien voló sobre el nido del cuco', y éxito seguro! Claro que, quizá, todo sea verdad. Entonces, ofrezco mis disculpas y mi más sentido pésame.