Avión a Ibiza, sábado noche. Dirigiendo miradas incendiarias a toda muchacha presente, un hombre solo, Javier Merino, lo que propicia el comentario malicioso de mi informante, “este acabará con una jovencita”. ¡Otra de aviones! Hace años viajé en turista al lado de Cristina Narbona, flamante presidenta del PSOE, mientras su atractivo novio, Josep Borrell, iba en preferente. Una azafata le propuso pasarla junto a su compañero y Narbona, hija de periodista por cierto, dijo, “no, gracias, me daría mucha vergüenza aprovecharme de mi condición de novia de… para tener privilegios”. ¡Ole, ole y ole! ¡Yo eso solo se lo he visto hacer a ella y a la presidente del congreso Ana Pastor! Y lo de Raphael, hombre, ¡con los insultos que recibí de sus fans cuando comenté hace un par de semanas que estaba afónico, ahora tenemos anulación de concierto y parte médico! Nunca es triste la verdad/lo que no tiene es remedio… (no pega mucho, pero me apetecía acabar con Serrat).