Corinna. Sí, ha sido usted la amiga entrañable del rey de España durante seis años y conoce los problemas de nuestro país, incluso ha intervenido en negociaciones de altura, ay, amor, cuántas estupideces se cometen en tu nombre. Sí, pero…
Es usted una pelmaza imponente, princesa. Deje usted de hablar de su relación con Juan Carlos y de los problemas españoles, que el rey habrá estado muy enamorado de usted, pero ¿nosotros qué culpa tenemos? ¿Y el actual rey, que debe leer toda esa bazofia cursi que viene de su boca? ¡Qué Felipe tiene madre, señora! ¡Y nosotros, los ciudadanos, también tenemos nuestro corazoncito! Y puestos a elegir rubias que hayan merecido el favor real, nos quedamos con Bárbara Rey, que encima es de Totana y hace paellas. Vaya desfilando, amiga, que estamos hasta el gorro… rubia teñida… desaboría… donde esté nuestra totanera… mecachis, ni una palabrita más… La salida al fondo a la derecha…