Vuelve con fuerza la historia de la singular amistad/amor que desvelamos en estas páginas el mes de enero ¡entre la reina emérita, doña Sofía, y Alfonso Díez, el atractivo viudo de Cayetana, duquesa de Alba! Llamadas, mensajes, cartas, regalitos, un par de encuentros en las afueras de Madrid… Yo contaba que esa amistad había nacido a partir de la muerte de la duquesa.

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Pero la colega Beatriz Cortázar me concreta que viene de antes, de los largos meses en que Cayetana estuvo enferma. “Hablaron mucho, la reina llamaba a Liria para interesarse por su estado, se ponía Alfonso… y después la cosa siguió”. Cuando destapé esta bonita amistad, me cotillearon que un Felipe algo molesto había dicho en Zarzuela: “A ese señor no se le coge más el teléfono”. Pero esa prohibición ya no se mantiene, o la comunicación se efectúa en secreto, ya que Cortázar me aporta una nueva información: “En estos momentos, la amistad entre Alfonso y Sofía ¡sigue viva y discreta!”. Ninguna de las dos nos atrevemos a decir “amor”, la palabra sagrada. Pero quién sabe… Por cierto, que hace unos meses, cuando le comunicaron a don Juan Carlos este rumor, se
echó a reír y dijo: “¿La Reina? ¿Con ese cursi?”.