Agatha Ruiz de la Prada está renaciendo de su traumático divorcio y, aconsejada por amigos e hijas, quiere renovarse a fondo, cambiar el peinado y hacerse un retoque estético para paliar la flacidez que le han producido los siete kilos que ha perdido con el disgusto. Ha estado triunfando con su ropa allende los mares, ¡en Viña del Mar se pegaban para conseguir una silla en su desfile!

Pero lo que le ha producido más satisfacción fue ver como no se aludía a su exmarido, la prensa chilena solo remarcaba que Agatha era “una aristócrata catalana”. Una vez finalizada la 'puesta a punto', la sugestiva cincuentona tiene planes para divertirse, alguno de ellos con nombre conocido… No, no es Alberto Ruiz Gallardón, con el que fue a cenar hace poco. Podría ser un político soltero, algo joven y de frondosa melena… Ahí lo dejo.