La reina Letizia no gana para duelos. A las puertas de su próximo viaje a Japón donde se verá las caras con la princesa Masako, víctima de las estrictas normas de la corte imperial, se ha anunciado la visita de Estado de los Reyes al Reino Unido donde le espera Kate Middleton, dos pasos por detrás de ella en el orden protocolario (para ser reina aún le quedan dos turnos) pero una posición por encima en el podio de las celebridades regias. En esta ocasión, más allá de las comparaciones entre el estilo de ambas, una imagen dará la vuelta al mundo: la de la duquesa de Cambridge inclinándose ante la reina de España.

En el mundo global, Guillermo y Catalina, duques de Cambridge, destacan como los miembros de familia real más populares y conocidos seguidos por Felipe y Letizia y Guillermo y Máxima de Holanda. Todo según una reciente encuesta de Paris Match que quizá no es muy fiable pero, al menos, marca el territorio donde se mueven unos y otros. En realidad, la popularidad de los “royals” viene marcada por su aparición en los medios de comunicación y son ellas, Catalina de Cambridge, Letizia de España y Máxima de Holanda, las que se llevan todas las fotos y es por sus respectivos estilos y apariciones más o menos rutilantes.

Sea como sea, el viaje de Letizia a Inglaterra será, de momento, la cumbre de su reinado y donde, de verdad, se medirá con la realeza de verdad, con la institución monárquica más conocida y respetada del mundo, a pesar de los múltiples líos en los que se han metido a lo largo de la historia reciente. La solidez de la corona británica es tanta que ni el paso de Lady Di, con trágica muerte incluida, ni el comportamiento del príncipe Carlos, ni la aparición de Camilla Parker, ni las meteduras de pata de Felipe de Edimburgo, por no añadir la simpleza del príncipe Andrés y las astracanadas de Sarah Ferguson, han socavado el prestigio de la institución en buena medida por la presencia y la trayectoria de la reina Isabel II que, a sus casi 91 años, y 65 en el trono, puede presumir de no haber dado un paso en falso.

El único momento en el que la reina Isabel fue criticada tiene que ver con la muerte de Diana de Gales por la aparente frialdad con al que se comportó los primeros días de duelo. Al final, cedió y se prestó a sumarse al duelo, aunque sin llegar a entender del todo al multitudinario coro de plañideras que lloraban a una princesa que el pueblo veía más como a una celebridad.

Los británicos recordaron a Lady Di hasta que Kate Middleton apareció en escena y, de momento, a diferencia de la madre de su marido, no necesita rebelarse contra la Corona. Se casó con el príncipe Guillermo, heredero del heredero al trono, y cumple con sus funciones aportando su frescura y estilo a la institución pero respetando sus principios.

Letizia tiene que prepararse muy bien su estancia en Londres porque del modo de presentarse dependerá en buena medida el éxito de la visita. Tendrá que llevarse las mejores joyas de la Corona y aceptar de buen grado todas las normas del protocolo, en lo relativo a la Corona, los ingleses no admiten modernidades. En la visita que realizaron los reyes Juan Carlos y Sofía hace 30 años se produjo una imagen que dio la vuelta al mundo: la ya muy popular princesa Diana le hizo la genuflexión al rey Juan Carlos y, por supuesto, a la reina Sofía y, en esta ocasión, tanto Camila Parker, como Kate Middleton deberán inclinarse ante la reina Letizia.