Felipe Varela ha regresado a la pasarela de Madrid avalado por su condición de modisto (que no diseñador) de la reina Letizia. Seguramente la organización de los desfiles necesitaba de un nombre suficientemente conocido para dar un empuje a la muestra de moda que desde hace años parece celebrarse para uso y disfrute de los participantes sin que tenga demasiada repercusión, luego, en ventas y repercusión. Varela presentó su colección, que parecía ideada por su otro yo, rodeado de un misterio digno de mejor causa. 

Varela fue, y sigue siendo, un exquisito que estudió en París y entró a trabajar en los talleres de Lanvin, Thierry Mugler y Kenzo, que abandonó en 1995 para instalarse en Madrid donde abrió una tienda taller justo en la casa de la calle Ortega y Gasset en la que, más tarde, se instalaron la infanta Elena y Jaime de Marichalar.  La reina Letizia tuvo conocimiento de Varela a través de los entonces duques de Lugo cuando, al poco de anunciarse su compromiso matrimonial con el príncipe Felipe, andaba buscando, siguiendo el consejo de la reina Sofía, un modisto de cabecera que se encargara del vestuario y la liberara a ella de esa preocupación. Como entonces, Letizia, recién aterrizada en la Zarzuela y aún sin mando en plaza, hacía caso a lo que le decían empezó a visitar a Felipe Varela que cumplía con los requisitos de elaborar unas piezas elegantes, bien confeccionadas y poco arriesgadas. Para probar, se encargó a Varela vestir a la madre, las hermanas y la abuela materna en la boda de los príncipes de Asturias. El resultado fue espectacular ya que las consideradas cenicientas estuvieron a la altura de las princesas y reinas presentes, gracias a los trajes y pamelas que Felipe Varela creó para ellas.

felipe varela

En el agradecimiento por haber transformado a su familia, hay que busca la razón principal y el origen del idilio entre Letizia Ortiz y Felipe Varela. Una relación que ha  ido creciendo con los años hasta el punto de que la entonces princesa prescindió de un plumazo de Lorenzo Caprile, que se había encargado de sus trajes de noche y que, como se recordará, creó el espectacular modelo rojo de gasa con el que la entonces prometida del Príncipe acudió a la boda de Federico y Mary de Dinamarca. Espectacular y regia como nunca más ha estado Letizia Ortiz.

Pero en el armario de doña Letizia no cabían capriles y varelas. La princesa de Asturias se entregó en cuerpo y alma a Varela, no solo porque el modisto le hiciera unos vestidos a su gusto sino porque cumplía estrictamente, casi de modo servil, con las indicaciones de discreción y ausencia de protagonismo y, también, de exclusividad. Quizá Lorenzo Caprile, más libre, no aceptó las condiciones aunque ello le costó abandonar el armario de la Reina.  Es verdad que con los años, doña Letizia ha ampliado su vestuario con prendas de Carolina Herrera y Nina Ricci y lo ha hecho porque ambas firmas pertenecen a la empresa catalana Puig, con divisiones de perfumes y moda, y cuya familia propietaria mantiene desde hace décadas muy buena relación con la Casa Real. También la actual Reina tiene momentos low cost y utiliza prendas de Mango, Zara y Uterque . Zara para dar ejemplo de austeridad. No hay explicación precisa para la elección de algunas piezas de Hugo Boss, firma alemana que también utiliza la Reina de vez en cuando.

Pero volvamos a Varela, que parece haber llevado el secretismo con el que protege su relación con la reina Letizia a la pasarela ya que su participación en los desfiles de Madrid rayó el ridículo. Se escondió de todo el mundo, rodeándose de un misterio que, sinceramente, no se corresponde con una obra que no es del montón pero tampoco es excelente. Más parece que Felipe Varela se ha apuntado a la pasarela de Madrid porque necesita ampliar la clientela ya que con los encargos de la Reina y poco más no sostiene su empresa. Lo curioso es que la colección que presentó el pasado lunes no tiene nada que ver con los modelos que idea para doña Letizia, lo que confirmaría que existen don Felipes Varela, el que trabaja en exclusiva para la Reina y el que necesita usar esa posición para vender otras propuestas y ganarse la vida.

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