P. me regala un libro que me lo leo en menos de un día. Se llama ‘Para acabar con Eddy Bellegueule’ y está escrito por Édouard Louis, un muchacho que nació en 1992. Novela autobiográfica, narra cómo vive su homosexualidad en el seno de una familia muy complicada: padre violento y alcohólico, madre despegada y hermanos que heredan los mismos problemas que los padres. A eso se le suma una infernal estancia en el colegio donde se convierte en objeto de escarnio por parte de sus compañeros, que le someten a una serie de vejaciones cada cual más humillante. Es un libro duro, cruel a veces. Te entristece, te cabrea, te revuelve contra determinados comportamientos del ser humano. Me hace gracia cuando desde determinados sectores se dice que hoy en día la homosexualidad está plenamente aceptada. Que lean este libro y se darán cuenta de que todavía hay muchísima gente que sufre por tener una opción sexual diferente a la mayoritaria.

 

Claro que hemos adelantado, pero tenemos que seguir luchando porque la intolerancia está siempre dispuesta a hacer acto de presencia. Y más en tiempos de crisis: una sociedad crispada y desencantada necesita elementos contra los que rebelarse. Le da igual un inmigrante o un homosexual. Todo lo que pueda sonar a diferente, a ir en contra de lo establecido, es susceptible de amenazar el orden. Édouard Louis, el autor del texto, ha contado en una entrevista que cuando vuelve a casa sus padres se ríen de él porque tiene maneras educadas, piensan que pretende humillarles cuando se comporta en la mesa con ciertos modales básicos. Desprecian a su hijo. ¿Es esa la familia que defienden los Dolce&Gabanna, la formada por un padre y una madre? Después de leer el libro, a ver si tienen las narices de decir que sí.