Comienza la cuenta atrás. El miércoles presentamos en el Compac Gran  Vía de Madrid la función ‘Iba en serio’, con la que debuto en el Teatro Cervantes de Málaga el próximo 4 de septiembre. Se presentan cerca de cincuenta medios para cubrir el acto y siento el cariño de mis compañeros. Con muchos de ellos coincidí en mis inicios al llegar a Madrid. Grabadora en mano acudíamos a estrenos de teatro y a fiestas varias para entrevistar a los famosos de turno con el fin de sacarles alguna declaración más o menos explosiva que nos sirviera para venderla al medio en el que colaborábamos.

 

En la rueda de prensa participamos el autor y director Juan Carlos Rubio, el director musical Julio Awad, Kiti Mánver –que dará vida a mi madre– y yo. No estaremos solos en el escenario. Como dice Juan Carlos usando una terminología antigua que nos hace mucha gracia “habrá seis artistas en el escenario”. Le agradezco que me considere uno de ellos.

 

Intuía que el sábado LOC de ‘El Mundo’ me dedicaría un artículo agridulce. Ese es su modus operandi: primero envían a un redactor que cubra el acto, cuelgan la información en la edición digital y luego te plantan un regalito el sábado en su edición impresa. Si no hubiera estado acostumbrado me hubiesen echado a perder el fin de semana pero llueve sobre mojado. Si trabajando para ellos ya fueron asquerosos conmigo, por qué iban a dejar de serlo ahora. Leo el artículo en un avión que me va a llevar a Ginebra. P. me ha regalado un fin de semana en Evian Les Bains (Francia) con concierto de Luz Casal incluido. Llamo a Juan Carlos Rubio, el director, y después de ponerle en antecedentes exclama: “Hijo mío, eres el Miguel de Molina del siglo XXI”. Nos reímos. Para evitar malos rollos innecesarios, decido darme de baja como suscriptor de ‘El Mundo’. A grandes males, grandes remedios.