El sábado viajo a Málaga con P. para asistir al estreno de mi producción 'Miguel de Molina al desnudo'. En el AVE tengo la mala fortuna de leer en el iPhone una crónica de la rueda de prensa que dimos el lunes. El periodista señala algo curioso: según él, soy de las pocas personas a las que la televisión adelgaza.



 

Yo no sé si es por el bajón que me provocan los antibióticos o porque me pilla más sensible de lo habitual pero me pongo triste. P. me dice que no deberían afectarme esas cosas, pero a veces lo hacen. Tampoco el periodista tenía por qué saber que el lunes que llegué a Málaga no había dormido y que estaba enfermo.

 

Cuando luego nos encontramos con Rober y Adri podemos hasta hacer risas del comentario de la gordura. Efectos balsámicos de la amistad. Asistimos a la función de la noche y disfrutamos con la reacción del público, que aplaude a rabiar a Ángel Ruiz y al director musical César Belda.

 

Al día siguiente nos despertamos felices: todas las críticas de la función son maravillosas. Destacan de manera unánime el talento de Ángel. Me alegro por él. Se lo merece.