Emociona empezar una nueva edición de un programa. Estrenar plató, conectar con Honduras, desear que llegue el día siguiente para saber si la audiencia ha respondido. A tenor de los datos, había ganas de que comenzáramos: la gala inaugural arrasó con un 27.7 de audiencia, dato estratosférico.
De los varios momentos para nuestra particular historia que vivimos la noche del jueves rescato la emocionante aparición de Raquel Sánchez Silva. Muy sonriente, feliz con su embarazo y deseando toda la suerte del mundo a Lara Álvarez, la profesional que ha recogido eficazmente su testigo. Me gusta el apoyo que en todo momento ha recibido Lara por parte de Raquel. Los programas no pertenecen a sus presentadores. Nosotros pasamos por allí y presentamos, de la misma manera que un día no estamos y todo sigue igual. Tener clara esa regla tan elemental es la clave para sobrevivir en nuestro medio.
Sé que Raquel ha escrito líneas preciosas sobre mí en su blog, ¡cómo no voy a quererla como la quiero! Raquel es cariñosa, generosa y divertida. Apasionada hasta la médula de un formato como ‘Supervivientes’. Este reality, como todos, es como un melón: hasta que no lo abres no sabes cómo va a resultar. Pero ‘Supervivientes 2015’ tiene buena pinta: se aprecia muy buena disposición entre los concursantes del grupo de los novatos y los veteranos también han empezado muy fuertes. Han sorprendido Carmen Lomana y Chabelita por tirarse al barro sin miramientos y sospechamos que Isabel Rábago va a ofrecernos momentos para el recuerdo. No me olvido de Carmen Gahona, que por cuestiones de salud no va a poder concursar en esta edición. En la red se suplicaba que se quedara aunque fuera de azafata de Lara Álvarez.