Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

"No me parecen sexys los que van todos conjuntados o los ejecutivos. Para alimentar el morbo, donde esté el mundo obrero que se quite un mandamás"

Me he metido en la página web de una conocida marca de calzoncillos para ver si me animo a comprar unos cuantos pero no he logrado caer en la tentación. Soy un pedazo de torpe con la red. Antes no me compraba ropa porque siempre pensaba que iba a adelgazar; ahora, sin embargo, no lo hago porque no tengo tiempo.

Mi relación con la moda es bastante sui generis. Le he cogido algo de manía a la ropa por culpa de mi trabajo. Saliendo cinco veces a la semana en distintos programas significa veinte cambios al mes, más de doscientos al año. Detesto probarme y Roberto –mi estilista– y Maribel –mi sastra– tienen que inventarse múltiples engaños para conseguir que les dedique cinco minutos y puedan así jugar conmigo a los recortables. Por otra parte, como P. ha trabajado siempre en tiendas de moda detesta ir de compras. Su fondo de armario lo componen tres pantalones; lo demás, me lo coge prestado. No me importa. No le tengo especial apego a la ropa. Cuando era más joven no tenía dinero para comprarme la que me gustaba y ahora que podría hacerlo el cuerpo no me acompaña. Mi vida es así de trágica. Con ello no quiero decir que desprecie la moda: me gusta leer sobre ella, recrearme en los modelos que llevan las grandes estrellas, adivinar de qué diseñador son y por qué, escuchar a los especialistas. Pero me encanta que mi pareja vaya hecho un ligero cuadro a la hora de vestirse. Que no lo va, dicho sea de paso, porque todo lo que se echa encima le queda bien. No me parecen sexys los que van todos conjuntados o los ejecutivos. Para alimentar el morbo, donde esté el mundo obrero que se quite un mandamás.

Loading...