Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

"Mi madre cree que bebo más de la cuenta"

Mi madre, la Mari, viene a pasar una semana a casa. Ella, junto al resto de mi familia, sigue viviendo en Badalona.

A la Mari la veo menos de lo que debería, quizás porque tengo la sensación de que los años no pasan y ella sigue teniendo 50. A sus 74 años no tiene voz ni ademanes de vieja. Está hecha una madurita interesante, aunque desde que murió mi padre decidió dar por zanjado el capítulo de ‘Hombres’ en su vida. Mi madre cree que bebo más de la cuenta, pero yo le he intentado explicar 150 millones de veces que si tuviera problemas con el alcohol no podría llevar mi ritmo de trabajo. La Mari no se lo termina de creer, pero lo que más me desconcierta es que cada vez que viene a casa aparece con dos botellas de vino tinto del bueno y dos de champán del caro. La escena es siempre la misma: mientras deshace su maleta en la habitación me llama con una sonrisa para entregarme sus valiosos regalos. Y entonces qué debería hacer yo, ¿guardarlas y no beberlas? Pues no, abrimos una de vino inmediatamente porque siempre tenemos algo que celebrar y luego tengo que aguantarme las ganas para no abrir la segunda porque entonces mi madre se preocuparía. Yo quiero a la Mari por contradictoria, respondona, vitalista, optimista y porque no es una de esas madres pesadas que siempre te están echando en cara que no les dedicas el tiempo suficiente. Y sobre todo, porque para mí es la mejor madre del mundo.

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