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Pocas cosas hay más divertidas que los pasillos de Telecinco. Un día cualquiera, al acabar el programa, me encuentro con que mi fotografía ha sido adornada con un bigote propio de un tirano. E irremediablemente me acuerdo de mi padre, que desde muy pequeño me bautizó con el sobrenombre de 'El pequeño dictador'.
Otro día que hace un frío que pela me topo con Oriana –de ‘Mujeres y hombres y Viceversa’ y ‘Supervivientes’– con unos pantalones tan cortos que parecen bufandas. Y otro me doy de bruces con una Belén Esteban angustiada por el tema de los doce mil euros que le debe Raquel Bollo. Para mí, las mejores contadoras de historias de la televisión son Bibiana Fernández y Belén Esteban. Antonio Tejado me contó en un descanso de la última gala de ‘Supervivientes’ que los concursantes escuchaban con la boca abierta a Fernández cuando les narraba sus aventuras y desventuras tangerinas. Y en cuanto a Belén, qué puedo contar. Desde que abandonó ese oscuro mundo en el que andaba metida es otra persona. Ya no se queja, tiene ganas de vivir y se enfrenta a la vida con una sonrisa. El viernes, antes de empezar el ‘Deluxe’, le pido que me deje sacarle una foto con los rulos puestos y a medio maquillar y acepta sin contemplaciones. La que no me dejó, sin embargo, fue la Obregón.