El sábado me paso por el programa de Toñi Moreno antes de presentar el ‘Deluxe’. Oye, y eché un rato muy bueno porque Toñi es una tía muy divertida que tiene unos golpes muy graciosos. Saca una foto mía de pequeño y me dice: “Pero qué guapo eras de crío, qué te ha pasao”. Y yo me troncho, porque esas salidas me hacen mucha gracia. De hecho me gusta la Toñi canalla, cañera, la que suelta unos cortes que te deja seco.
Tiene muchas cosas a su favor para quedarse: la pasión por el trabajo, saber que en nuestra profesión estamos de paso y una ausencia total de sentido del ridículo cuando se pone delante de una cámara. La veo y me entretiene sea cual sea su invitado. Le está yendo bien y le va a ir mejor, estoy convencido.
Después de estar en su programa ceno una crema de verduras y pollo al horno. Lo que se dice un festín, vamos. Me retoco y vuelta a un plató, esta vez para presentar mi ‘Sábado Deluxe’. Pasamos un rato muy entretenido con la mítica María Jiménez y disfruto con el polígrafo a Carmen Borrego. A mí, Carmen me hace mucha gracia porque tiene toda la pinta de ser la menos Campos de las tres. Yo distingo entre las Campos catódicas –Teresa y Terelu– y la que ha permanecido en la sombra aunque ahora haya decidido dar el paso y convertirse también en televisiva. Aceptemos que todos los que salimos en la tele tenemos parte de nuestra olla en Camboya. Por eso, sonrío al pensar en las comeduras de tarro de su madre y de su hermana que debe haber aguantado Carmen. Creo que eso la ha hecho pasota y un tanto macarra. Una joyita para nuestro programa...