Creo que el año pasado ya escribí sobre Eurovisión. Y supongo que diría que lo mejor que podríamos hacer era largarnos pero este año ya no pienso igual. Porque los cabreos que nos cogemos con este festival se han convertido ya en parte de nuestra vida. A mí me parece un poco ridículo todo, la verdad. Esa parafernalia vacía, verbenera, vacua. Tanto brillo para tan poco contenido. Esas giras absurdas previas al Festival para mendigar unos cuantos votos, como si nos tomásemos en serio semejante espanto. Eso salir a darlo todo en un escenario pretendidamente apoteósico donde no cabe la emoción. Eurovisión tiene un tufo a festival de colegio que apesta. Si nos reímos de él, lo compro. Pero no vale soñar con que un día podemos dar “la campaná” porque es darle al invento una importancia que ya no tiene.

Artículo recomendado

Fallece Miguel de la Quadra-Salcedo a los 84 años de edad

Miguel de la Cuadra-Salcedo

Artículo recomendado

Las 10 prendas que se agotaron en horas tras lucirlas algún famoso

Kate Middleton

Artículo recomendado

‘SV16’: Mari Carmen y Christian expulsados y Mila pletórica con la visita de su hija

Mila con su hija