Hacía un mes que por motivos profesionales no tenía ni un día de descanso, literalmente. P. y yo soñábamos con el pasado fin de semana: por fin seríamos libres, saldríamos a almorzar, iríamos al cine a ver ‘La reina de España’, con Penélope Cruz. Pero el jueves comencé a agarrar una gripe que hoy, domingo por la tarde, me tiene todavía incrustado en el sofá. He dormido tantas horas que hasta he sufrido alucinaciones.
Frente a la tele me he hecho un experto en zapping. Por cierto: ¡vaya rollo la programación del fin de semana! Pero a las siete y media de la tarde han salido Alaska, Mario, Bibiana y Manuel Bandera con la Campos y me han hecho un poquito más feliz. Iban a promocionar ‘El amor sigue en el aire’, una comedia musical que presentarán en Madrid estas navidades. Mario me ha sacudido la modorra y Bibiana y Alaska han logrado, como siempre, sacarme una sonrisa. Los envidio: pasan los años y ellos parece que descumplen. Se les ve pletóricos, divertidos, entregados a la vida. Me gustó escuchar a Bibiana hablar con discreta lejanía del amor. Superada la época de desangrarse a chorros por culpa del sentir de un maromo, da gusto verla ahora hablar con ironía de este sentimiento que tantos quebraderos de cabeza nos produce. Por cierto: me enamoré de Manuel Bandera en ‘Las cosas del querer’ y todavía hoy me sigue inquietando. Como estoy malito, me premio metiéndome en la cama a las nueve y media de la noche. ¡Qué gusto quedarte adormilado cuando estás enfermo! Me remite a la infancia.