Para mí el nuevo año empieza en septiembre, al volver de las vacaciones. Por eso comienzan a rondar ya en mi cabeza los propósitos para la nueva temporada. El que más me preocupa: empezar a ampliar mi círculo de amistades. Conocer gente nueva. Relacionarme con gente que no se dedique a mi profesión.

No sé si es algo que sucederá en todas las profesiones. Pero echamos tantas horas en la tele que, al final, tus amigos pertenecen a tu entorno laboral. Y no está mal, claro que no. Me siento muy orgulloso de contar con gente tan querida en mi entorno. Pero echo de menos un poco de vida social, alternar con gente distinta, nutrirme de historias desconocidas.

Esta mañana he hablado con Carmen Rigalt y me ha dicho que por motivos laborales sale hasta tres veces por semana. La envidio. Al conocer la comodidad que proporciona la televisión, muchos periodistas hemos dejado de acudir a los lugares donde pueden cocerse las noticias y, de rebote, ampliar nuestro espectro de conocidos y/o amigos. Necesito volver a las calles para compensar tanta presencia en plató. Le he pedido a Carmen que a partir de septiembre me lleve a un sitio como mínimo una vez por semana. A ver cuánto me dura el arranque, que luego llega el otoño y lo que menos me apetece es poner un pie fuera de casa.