Pues la conocí y me cayó muy bien. Desde el mismo momento en el que empezó a hablar ejerció sobre mí un poder hipnótico: me contó entre otras cosas que ella “compacta” mucho con los nigerianos y que es una mujer muy “chicharachera”.

Cuando habla me cuesta entenderla porque no da pie con bola pero creo que no es mala tía. Sólo una mujer con la autoestima elevada al cubo, consecuencia lógica después de haber vivido –según ella– una vida infernal al lado de un marido que la maltrataba.