Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Chavela Vargas

El amor desgarrado puede llegar a resultar ridículo

Disfruto con un maravilloso documental sobre Chavela Vargas. Así como las películas de Walt Disney nos han hecho mucho daño –no todo es azúcar en el mundo de la pareja–, el sentir de Chavela también nos ha dejado trastornados del todo. Porque su manera de amar nos puede parecer envidiable cuando eres joven, pero luego te das cuenta de que ese desgarro puede llegar a resultar ridículo, innecesario, dañino e insano. No me gusta esa concepción del amor que implica tanto dolor, tanta pena, tanto que se te vaya la vida a chorros por una ruptura. Me parece un soberano coñazo.

Sentir así el amor está más pasado que la tos. Servía cuando la vida era en blanco y negro, pero ahora ya desangrarse porque te han dejado es material de desguace, argumento para una copla o para una comedia teatral con más tintes cómicos que trágicos. ¿Me estoy volviendo una piedra negra de Chipiona, como le dijo Lola Flores a Rocío Jurado? No lo creo. Es más, creo que cada vez soy más sensible porque le dedico más atención a las cosas buenas que me ofrece la vida: una buena canción, una buena película, una cena con unos amigos. En el documental aparece una fotografía de Chavela Vargas con Carmen Martín Gaite, mi escritora favorita. Hace un par de semanas me compré ‘Nubosidad Variable’ por cuarta o quinta vez –he regalado los ejemplares anteriores–, y estoy releyendo el libro con un placer inmenso. Lo leí por primera vez en la facultad, y ya me encantó, pero ahora que me quedan poco más de dos años para cumplir los 50 estoy encontrando en él claves que no hallé en otros momentos.

Asistí a varias conferencias de Martín Gaite y las recuerdo como auténticos acontecimientos. Su llegada era celebrada como si de una estrella de rock se tratara. ‘Nubosidad Variable’ está repleta de frases que me han acompañado toda mi vida. “Me voy a la calle porque mayo me echa de menos”, “Qué bien se está en algunos bares de Madrid a media tarde”, o “Vivir la espera” son algunas de ellas. (Ahora viene cuando por Instagram conozco a uno de 23 que me vuelve loco, me lleva y me trae por el camino de la amargura y me tengo que tragar lo que he escrito sobre Chavela y el amor). Ayer por la noche vi ‘First Dates’ –como de costumbre– y di con una pareja de tíos que hablan de parejas abiertas, fidelidades y lealtades, y de la incapacidad para estar con una misma persona durante toda una vida. Puede que esté de acuerdo con esas ideas, pero plantearlas ya en la primera cita me parece un poco cortada de rollo. Aunque todos sepamos que el concepto de pareja ideal es difícil de sostener, juguemos a engañarnos aunque solo sea al principio de la relación. Luego ya vendrá el tío Paco con las rebajas.

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