Hacerse la manicura, entra dentro de una de las rutinas más divertidas y entretenidas para hacerte en casa. Esto implica no solo probar diferentes tonalidades en tendencia de esta temporada, sino probar el amplio universo del nail art que ha conquistado a miles de celebrities, estando a la cabeza Rosalía. Pero, para empezar este proceso, hay que tener las uñas limpias y muy bien cuidadas. Y, si tienes hecha la manicura semipermanente es algo que se nos complica por una simple razón, ¿cómo puedo retirarla desde casa sin dañar mis uñas? Bien, esta respuesta es muy fácil, y rápida.
Aunque sabemos que retirar este tipo de esmalte en tu salón de belleza te resulta mucho más fiable, te contamos cuáles son los pasos que normalmente sigue una manicurista. Lo más importante es tener cuidado, para que la uña no sufra ni se debilite. Este de manicura es mucho más agresiva, que la clásica, por la que, además de tener que seguir estos pasos con paciencia, hay que tener claro que las uñas necesitan un tiempo de descanso para respirar. Algo que, precisamente, podemos hacer ahora.
Para retirar el esmalte semipermanente, tenemos que llevar a cabo 4 únicos pasos:
1. Limar la capa superior de la uña
Este paso primero, es uno de los más importantes, ya que no puedes llegar a tocar la uña, solamente se busca retirar el brillo o la capa superior que hace que este esmaltado sea más duradero. ¿Cómo saber cuándo parar? Bien cuando desaparece ese brillo del que hablamos, o cuando vemos que el color empieza a teñir la lima.
2. Empapar la uña de producto
Este paso también requiere de una forma distinta a la que estamos habituados a llevar a cabo con la manicura básica. Para ello necesitamos tres utensilios: acetona pura, algodón y papel de aluminio. El algodón servirá para hacer pequeñas cantidades para empapar después de producto y dejarlo fijado sobre las uñas con este último producto que las envolverá una a una.
3. Retirar el esmalte
Este segundo paso, dará lugar a que el esmalte se suelte por completo. El momento perfecto para retirarlo con cuidado con un utensilio que lo arrastre, y que tenga forma redondeada. Si queda algún resto, vuelve a repetir el paso anterior en la uña que lo necesite, pero no arrastres más fuerte.
4. Hidratar y cuidar la uña
Este último paso es esencial si no quieres que se reblandezcan. Para ello, hidrata la uña con algún producto propio para la uña, y aplica una base endurecedora para que vuelva a coger fuerza. Para notar resultados, debemos aplicar este tipo de producto al menos un mes.
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