Fue imagen de Roma, la fragancia emblema de Laura Biagiotti, cuando su lugar natural podría haber sido el de un perfume con el nombre de Barcelona. O Barça, incluso. Vanessa Lorenzo se confiesa “más culé que nunca”.

La apodada “la petite model” de los 90 sigue protagonizando campañas publicitarias como cuando tenía 20 años y vivía entre París, Milán y Nueva York. Sus piernas son imagen del nuevo Johnsons aceite baby con aloe vera, por ejemplo. Pero ahora, por trabajo, sobre todo tras lanzarse al diseño de moda, su base de operaciones la tiene en la Ciudad Condal. Y también, aunque le cueste reconocerlo, por amor. Carles Puyol es su chico, y aunque le venza la timidez y hablar de su relación, de él o de sus planes de futuro la deshagan en risas y mohínes, no puede ocultar el buen momento sentimental que vive. “Dulce. Muy dulce”, le arrancamos. Eso sí, de los rumores de embarazo, nada. “¿Yo? ¿Embarazada? Me acabo de enterar”.

No paras, Vanessa.

- Sí. Estoy muy contenta. No paro de trabajar como modelo y, además, mi proyecto de colección de moda está yendo súper bien. Y tengo puntos de venta en el extranjero. En París, Milán y Tokio y ya estoy preparando una nueva colección y el 'shop online'. Imagínate.

¿Diseñar no te ha obligado a  bajar el ritmo de trabajo como modelo?

- No y soy una privilegiada. En esta profesión siempre tienes la sensación de que se va a acabar y, sin embargo, yo sigo igual de activa que hace diez años. Creo que estoy en un buen 'timing'. Que los clientes buscan proyectar sus productos a través de mujeres y no de niñas, y eso me beneficia porque aquí sigo, claro. Al final, ser modelo está siendo una profesión más longeva de lo que parecía.

Es como si no hubiera un relevo generacional de modelos, ¿no?

- Es verdad que toda mi generación de modelos seguimos trabajando. Fuimos un grupito fuerte y con una fuerte proyección internacional y la mantenemos. Y es sorprendente porque vivimos en una industria donde todo, incluso las modelos, somos un producto de consumo, algunos, no llegan ni a una temporada y muchas modelos, tampoco.

No obstante, te labraste una alternativa.

- He estado rodeada de estética durante muchos años, de gente que crea universos estéticos brutales, y a mí me conmueve muchísimo la estética, no lo puedo evitar. Y soy muy curiosa, además, con lo que para mí ha sido un regalo vivir entre cosas bellas, de las que me he nutrido para, luego, convertirme en diseñadora. No obstante, puedes tener muchas ideas, pero la formación es fundamental si no tienes las herramientas para poder expresarte. De ahí que me graduara en Moda y Diseño por el IDE, algo sobre lo que mis agentes no estaban nada de acuerdo (risas).

¿Porque te apartaba de las pasarelas?

- Claro. Fue un parón de tres años. Seguía haciendo algún trabajo esporádico, pero si tenía un examen, lo cancelaba.

Tres años para una modelo es mucho tiempo, ¿no?

- Un montón. Pero lo necesitaba. Quería tomarme esto con sinceridad. Era, es un proyecto muy real. Quería montar mi empresa.

Y ha valido la pena…

- Estoy contenta porque he tenido mucha aceptación. Y no es fácil. Hay muchos prejuicios sobre nosotras, las modelos. La profesión de modelo tiene muchos títulos. Que es normal también porque hay muchas modelos que solo son la cara de una marca, que no son proyectos reales, sino comunicación e imagen.

¿Ser modelo ha sido un obstáculo?

- No. En absoluto. No me puedo quejar. Ha sido una estupenda plataforma.

O sea, que encantada en lo profesional y en lo personal.

- (Risas) Tampoco me puedo quejar.

¿Estás feliz?

- Sí (risas)

¿Es un buen momento entonces?

- Sí (risas). Es un momento dulce. Dulcísimo.

¿Vas mucho al Nou Camp?

- ¡Faltaría más! Cuando puedo. Siempre, de toda la vida, he sido fan del Barça. No es una cosa nueva. Pero sí, ahora más. Soy más culé que nunca.

Has dicho que para el amor, eres una mujer clásica, de matrimonio, de hijos.

- Sí. Es cierto. Creo que formar una familia es el proyecto más importante que se puede tener en la vida.

¿Con Carles habláis de eso?

- Hablar, hablar… Estoy hablando ya contigo demasiado (risas).

¿Y de los rumores de que podrías estar embarazada?

- (Risas y manos a la cabeza) ¿Yo? ¿Embarazada? Me acabo de enterar. En cualquier relación, cuando uno está contento, quiere tener cosas en común y en pareja. Pero no, no estoy embarazada.

¿Tu trabajo y el suyo os permite veros mucho?

- Yo sigo viajando muchísimo. Entre Nueva York y Barcelona. Mi estudio y mi equipo están en Barcelona.

Y Carles también.

- Sí. Él y mi familia (risas). Yo creo que en una relación la parte individual se tiene que apoyar tanto como la de pareja. En ese sentido somos muy parecidos.

¿Él te da opiniones sobre tu trabajo, tus diseños…?

- Estás entrando ya en cosas… (risas) Pero ¿eso no es importante?

¿Que te apoye tu pareja en tu trabajo? ¡Importantísimo!

- Bueeeeeno. Pues si. Nos apoyamos muchísimo. Como cualquier otra pareja. ¿Esta respuesta te vale? (Risas)