Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

¿Creías que los únicos que subían a entregar/recoger premios algo tocados eran sólo Mariah Carey, Renee Zellweger, Slash o Jack Palance,? Te equivocabas, Johnny Depp también es capaz de entregar un galardón con dos copas de más. Y es que los hay que para subir a dar una estatuilla se quitan los nervios a base de lingotazos y eso, al final, se acaba notando.

 

Lo de ‘si bebes no conduzcas’ debería aplicarse también al ‘si bebes, no entregues ningún galardón’. Sobre todo porque eclipsas al homenajeado. Se deja de hablar del que ha obtenido el premio, para centrarse únicamente en el que se lo entregó. Como si vas a una boda y te empeñas, tú, mero invitado, en ser el centro de atención. No queda bonito.

 

Este fin de semana Johnny Depp le arrebató ‘su momento’ al ganador al mejor documental en los Hollywood Awards, Shep Gordon. A pesar de reiterar en numerosísimas ocasiones lo amigo que era del homenajeado, le acabó quitando toda la pompa y brillo a la ocasión.

 

Johnny entró tambaleándose. Después de hacer alguna broma con el micrófono y decir que jamás había visto uno así (si hubiera sido de los tradicionales, tened por seguro que también le habría maravillado), Depp comenzó su perorata. Con un montón de balbuceos, frases sin sentido y vaivenes corporales, el camaleónico actor dejó muda a una audiencia que se daba perfecta cuenta de lo que estaba ocurriendo sobre el escenario: Jack Sparrow en una de sus mejores noches había dejado atracada la Perla Negra para presentar un galardón cinematográfico.

 

Y así continuó por más de dos larguísimos minutos que hicieron las delicias de los twitteros con las lenguas más afiladas. En casa todos se percataron de lo entonado que iba el actor, y en las redes sociales se pudieron leer cosas como “las copas mejor para después, Johnny” o “a juzgar por el pelo, llevaba 3 días sin pasar por casa”.

 

No sé de qué nos extrañamos. Depp ya hizo una declaración de amor abierta a la botella, cuando metamorfoseó su tatuaje de ‘Winona Forever’ en otro en el que se leía ‘Wino Forever’ (vino para siempre). Esta aparición pública sólo ha sido una declaración más de amor.