¿Debería volver Blanca Suárez con Miguel Ángel Silvestre?

Blanca Suárez Miguel Ángel Silvestre

En España no aprendemos. Cuando una pareja joven y famosa rompe, corremos a atribuirle otra novia a la parte masculina de la relación, para evidenciar que a conquistador no le gana nadie, mientras suponemos que la parte femenina está apenada en casa, llorando por lo que fue y no pudo ser. Pero nada de eso. ¿Acaso se pensarán Mario Casas y Dani Martín que sus ex novias, María Valverde y Blanca Suárez, no van a rehacer su vida en menos que canta un gallo? ¡Pues claro que sí! Son chicas jóvenes, guapas, triunfadoras, con carreras prometedoras y decenas de pretendientes esperando a su puerta. Ahora, la nostalgia también nos pierde y nada nos gustaría más que un reencuentro entre Blanca y Miguel Ángel. Eran la pareja perfecta, se compenetraban estupendamente y hasta fueron chicos Almodóvar -ella por partida doble-. Y lo que el director manchego ha unido, que no lo separe nadie. Así que, Blanca, si todavía tienes dudas, aquí te ofrecemos cinco motivos para que acabas de convencerte:

 

1. No hay hombre más atractivo. Dani Martín es un sueño hecho realidad, las cosas como son. Es guapo, combina la cara de niño con un cuerpo escultural y además canta, pero nadie puede medirse con Miguel Ángel Silvestre. 'El Duque' conquistó a media España gracias a la serie 'Sin tetas no hay paraíso' y, desde entonces, no se ha bajado del pódium de los sex symbols. Pero, encima, trata de restarle importancia a su encanto físico. ¿Se puede pedir algo más? España no puede perderse una pareja de guapos tan perfecta como la que formaba con Blanca Suárez. Sólo por esto, ya deberían volver.

 

2. Puede ser el próximo ganador de un Emmy. Blanca y Miguel Ángel parece que llevan vidas paralelas. Mientras la actriz piensa trasladarse a Nueva York durante el otoño para rodar 'My Bakery in Brooklyn', donde interpretará a una decoradora, Silvestre se encuentra ya en Hollywood trabajando 'Sense8', la nueva serie de los hermanos Wachowski, los creadores de 'Matrix'. Pero, además, ambos tienen proyectos en España, él continuará con 'Velvet' y ella estrenará 'Los Nuestros'. ¿No ven que están destinados a estar juntos? Podrían ahorrar en gasto de avión, estarían suficientemente cerca para verse asiduamente y, además, practicarían inglés. Perfecto.

 

3. Está completamente enamorado. Puede que ahora ya lo haya superado, pero Miguel Ángel Silvestre ha estado enamoradísimo de Blanca. Al actor se le ha visto desolado tras la ruptura, refugiándose en la compañía de amigos y tratando de asumir su nuevo estado con resignación. Posiblemente ya no quiera saber nada de la actriz, pero debería pensar que todo el mundo se equivoca y que, a veces, hay que cambiar de supermercado para darte cuenta que dónde comprabas antes era mucho mejor. Desde aquí le animamos a que se abra a una segunda oportunidad. ¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas?

 

4. Sus amigos seguro que te adoran. Otra cosa no, pero Miguel Ángel Silvestre puede presumir de tener los mejores amigos del mundo. Y no solo eso, sino que además, dan unas ganas locas de salir con ellos de marcha. Este verano, el actor acudió a una 'pool party' organizada por Pedro Almodóvar en su casa, con la presencia de Elena Anaya, Bibiana Fernández, Carlos Areces y Rossy de Palma. ¿No creen que se lo pasaron estupendamente? Seguro que Blanca hubiese estado en su salsa. Y nosotros también. Pedro, ¡invítanos a la próxima!

 

5. ¿Nadie piensa en el pobre Pistacho? Blanca Suárez contaba en su blog que siempre había querido tener un perro, pero que su familia nunca se lo había permitido. Así que, en cuanto pudo, se agenció uno y le llamó Pistacho. De hecho, unas fotos del perro en casa de Dani Martin fueron las culpables de que la relación saltara a la prensa. Pero, el problema es que se supone que Pistacho fue un regalo de Miguel Ángel a Blanca -aunque ella, en su blog, cuenta otra cosa-. ¿No querrá estar, el pobre, con su padre adoptivo? ¿No debería tener un régimen de visitas, al menos? Seguro que Pistacho estaba encantado con la reconciliación. Y si el perrito lo quiere, ¿quién es capaz de negárselo?

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