Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

La muerte de Robin Williams todavía tiene a su familia muy afectada, por eso, este fin de semana su viuda y sus hijos organizaron un tributo a su memoria.

Con Billy Cristal como conductor del acto, la familia recordó la huella imborrable que el humorista les había dejado. Williams no sólo consiguió marcar a todos los que lo conocían, sino también a tantos y tantos seguidores que reímos y nos emocionamos con sus películas y actuaciones.

Tras vivir más de un mes sin él, su familia necesitaba organizar un nuevo funeral al que no sólo acudieran sus seres más cercanos, sino también compañeros de profesión como Whoopi Goldberg, Bette Midler, George Lucas o Ben Stiller. El acto, que se hizo para recordar “su amor por su familia y por la comunidad, su brillante humor y su espíritu generoso”, tuvo lugar en el teatro Curran de San Francisco, la ciudad en la que se esparcieron sus cenizas.

Durante el memorial de más de dos horas, además de Cristal, que fue el conductor, intervinieron sus hijos, su asistente de toda la vida, así como amigos actores que siempre estuvieron a su lado y con los que compartió grandes momentos.

Pero lejos de pensar que fue un acto lleno de tristeza, el tributo fue todo lo contrario. Se compartieron las mejores anécdotas de Williams y todos sintieron que una gran paz les envolvía, confesó un asistente a la prensa estadounidense, sintiendo que ahora sí habían podido despedirse de él de la manera que querían.

También se proyectaron vídeos y fotografías personales y profesionales de él mientras Stevie Wonder cantó al piano.

Los momentos más emocionantes de todo el acto los protagonizaron los hijos del humorista. El menor, Zack, de 22 años, recordaba cómo Robin solía mantener la esperanza hasta en los momentos más oscuros, cuando el chico le decía “todo va a salir bien” y su padre le contestaba “lo sé”.

Estamos seguros que este recuerdo tan sincero ha servido a la familia de Robin Williams para encontrar el consuelo que tanto necesitaban.