Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

De la mano de Jeremy Scott, Miley Cyrus ha hecho su debut como diseñadora en la semana de la moda de Nueva York, donde ha presentado su primera colección de accesorios.

 

¿Recordáis esos moños repletos de cuentas de colores, miniaturas de corazones y pequeñas estrellas que tanto usó en verano la ex Hannah Montana? Sabed entonces que no lo hacía en pleno momento de enajenación transitoria, no, lo hacía a sabiendas de lo que se le venía encima: un desfile donde estas piezas serían las joyas de la corona. Bajo esa apariencia de ‘locuela desatada’ se esconde una mente brillante enfocada a los negocios, en la que todo está más que medido y no hay sitio para los desvaríos sin sentido.

 

Cyrus llenó la pasarela neoyorquina la tarde del miércoles de color y diversión. Que los accesorios del desfile llevaran el sello de la cantante convirtió al ‘show’ en uno de los más mediáticos de la temporada; todos querían comprobar si el talento para la música de Miley se podía traducir también en una buena mano con el diseño. La joven, al final del desfile, salió a saludar abrazada al genio que había pensado en ella para accesorizar sus prendas. Vestía un top que dejaba al aire el ombligo, pantalones de estampado a medio camino entre lo tropical y lo ‘naif’, unas botas deportivas con plataforma e iba cuajada de bisutería de plástico.

 

Según Scott, la colaboración con Miley surgió de un modo muy natural, “los dos vivimos cerca en Los Ángeles, y me invitó a una fiesta que ella daba en su casa”, decía el diseñador en el ‘backstage’, “me enseñó las cosas que hacía y aluciné porque se parecía a mi colección”, y así, viendo cómo estas piezas hechas en plástico podían encajar con sus looks, surgió la colaboración.

 

El diseñador, cabeza pensante también de la firma Moschino, aseguró que esta colaboración había llenado de alegría a la joven artista, de tal manera que en cuanto le propuso colaborar, quiso ponerse de inmediato manos a la obra y dedicarse a producir todos los collares, pulseras y tocados.

 

Con la idea de un festival de música en mente, ‘Dirty Hippy’, que así se llama la colección, presentaba prendas llenas de color, con estampados de lo más psicodélicos. “La idea surge de una fiesta al aire libre en la playa. Con gente pasándolo bien mientras escucha música”. Y así, con una fiesta, como surgió la colaboración entre Scott y Cyrus, se fraguó esta colección plagada de ironía, descaro y mucho, mucho color.

 

No os perdáis los looks más llamativos del desfile en la galería de fotos. ¿Le veis futuro como diseñadora a Miley Cyrus, o mejor que sólo se dedique a cantar?